Junio siempre
me ha parecido un mes vertiginoso. Muchas convocatorias, muchas cosas por
finalizar, parecen los últimos metros de una carrera en la que, después de la
meta, ya no haya nada. Es un mes excitante y sobreestimulado.
Por eso creo
que no es un buen mes para convocar cosas. Creo que es un mes saturado, en el
que el final de curso y la proximidad de las vacaciones (pronto no nos
tendremos que preocupar de esto: entre el desempleo y las reformas laborales
lo de las vacaciones va a desaparecer hasta del diccionario) hace que todo se
acumule en unos pocos días, como si luego ya no fuese a ser posible hacer nada.
Anda el personal además bastante estimulado. Algo le tenemos que agradecer a esto de la crisis. Al menos la profesión se está movilizando.
Anda el personal además bastante estimulado. Algo le tenemos que agradecer a esto de la crisis. Al menos la profesión se está movilizando.
En esto de los estímulos estaba yo pensando cuando oigo en la radio la noticia del hombre que fallece tras ser
inmovilizado por un policía. Os pongo aquí el enlace. Noticia
Una
desgraciada noticia, sin duda. Pero hay algo que me ha llamado la atención en
ella. Y es el protagonismo que se le da en la misma al consumo de cocaína del
fallecido. Más estimulantes. Me ha llamado la atención porque no suele ser así. Habitualmente
el consumo de cocaína no suele relacionarse con estos comportamientos ni
noticias aunque lamentablemente sabemos que está detrás de ellos en demasiadas
ocasiones. Yo los encuentro en el trabajo con mucha frecuencia en casos de
violencia en la pareja, en casos de maltrato infantil… Pero parece haber un
pacto de silencio en torno al tema, seguramente como consecuencia de la
banalización del consumo de drogas que llevamos años presenciando.
No
se cómo evolucionará la noticia, pero por otras parecidas que he seguido, se
irá puntuando poco a poco en otros aspectos (en ésta por ejemplo se hablará del
abuso de fuerza por parte del agente) y dejará de hablarse de la cocaína.
Lo que he
presenciado también en muchas ocasiones es que, por arte de magia, pasado un
tiempo de los hechos desaparecerá la cocaína y sólo se hablará de una
enfermedad mental (habitualmente de orden psicótico) que es lo que explicará el
comportamiento tan anómalo del desgraciado protagonista. Tal vez al haber
fallecido no sea así, pero de no haber sucedido, estoy seguro que el desarrollo
de esta noticia sería en esta dirección.
Esto nos
lleva a otros territorios en la frontera con la salud mental, los diagnósticos
(hoy todo son enfermedades mentales) y los tratamientos imperantes de corte
exclusivamente farmacológico que se están presentando como la solución y el
control de todas las disfunciones en la conducta humana. Hablaremos de estas
cosas en otras entradas. Os adelanto algún enlace. Manifiesto de Buenos Aires STOP DSM
Mientras,
me quedo hablando con Wang, que no sabe si es que estamos todos locos o es que
andamos demasiado estimulados, como el mes.
Bueno, es la época y la sociedad de los estimulantes: Burn, Tauritón, Revital... Hasta antena3 "te pone"... Vamos, que si no te pones a tono es porque no quieres!
ResponderEliminarA mi me parece que perdimos el norte hace mucho tiempo, cuando empezamos a ver como normal ciertas conductas que a mi no me parecen normales: consumos adolescentes de marihuana, alcohol y tabaco, consumo habitual de coca en adultos "que la necesitan sólo para rendir más en el trabajo no te pienses", tratamientos exclusivamente farmacológicos a problemas "de chicos", reducción del problema toxicómano a un problema económico y de estrato social...
Quizá necesite a un amigo chino que me explique las cosas...