Cuando propongo que Baltasar Gracián debería ser uno de los patronos de los Trabajadores Sociales, los colegas se me ríen. Pues lo digo en serio. Junto a Mary Richmond y Jane Addams. ¡Palabra!
Y no lo digo por su calidad literaria, de sobras conocida y valorada. Tampoco porque se trate de un paisano mío, aragonés y fallecido en Tarazona en 1658. Lo digo por que su pensamiento me parece una guía magnífica para sobrevivir en el proceloso mundo de los Servicios Sociales. A mi juicio, debiera ser uno de los autores de referencia para el Trabajo Social.
Este personaje de nuestro Siglo de las Luces, escribió numerosas obras y se convirtió en uno de los autores más influyentes en el desarrollo del pensamiento occidental. Algunas de sus obras: El héroe (1637), El discreto (1646), Oráculo manual y arte de prudencia
(1647), Agudeza y arte de ingenio
(1648), El criticón (1651).
Os cuento algunas de las cosas que decía el amigo, y me decís si son o no de aplicación para nuestra profesión:
- "El no y el sí son breves de decir, pero piden mucho pensar." ¡Cuántas veces tenemos que evaluar sobre la concesión o denegación de una prestación o ayuda! Pensar mucho antes de hacerlo es un buen consejo, pues ambas cosas suponen tener en cuenta un montón de variables que habremos de controlar en la intervención. También decía al respecto: "Ciencia sin seso, locura doble."
- "Atención al informarse. Vívese lo más de información. Es lo menos lo que vemos." Pues eso, que sin una buena recogida de datos, sin una cuidada investigación y observación, no hay diagnóstico posible.
- "Saber hacerse a todos. Discreto Proteo: con el docto, docto, y con el santo, santo. Gran arte de ganar a todos, porque la semejanza concilia benevolencia." Probablemente en aquellos años no utilizaban la palabra empatía, pero Baltasar Gracián sabía muy bien lo que era.
- "Pon un gramo de audacia en todo lo que hagas". Pero sólo un gramo ¿eh?. Necesario, pero sin pasarse.
- "Visto un león, están vistos todos, pero visto un hombre, sólo está visto uno, y además mal conocido". Si hay un argumento mejor para nuestro principio de individualización, me lo decís.
- "Es cordura provechosa ahorrarse disgustos. La prudencia evita muchos." Complementaria al gramo de audacia.
- "Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros." La culpa, la atribución externa y la desresponsabilización... ¿os suena, verdad?
- "Muchas veces nace la enfermedad del mismo remedio". Atención a nuestras intervenciones, no vaya a ser...
- "Ninguno hay que no pueda ser maestro de otro en algo". Aprender de los demás depende por tanto sólo de nosotros mismos.
- "A quien pide con prisa, lo que es una treta para engañar a la prudencia, conceder tarde". Está claro, ¿no?
Podría seguir, pero no quiero cansaros. Sólo quería compartir con vosotros a este autor, que no solemos relacionar con nuestra profesión y que a mí me parece muy útil. Podéis descargaros uno de sus libros en este enlace Oráculo manual y arte de prudencia. Os invito a que lo leáis.
Y terminaré trascribiendo completo uno de sus Oráculos, el 251 de ese libro, que a mí me parece de gran actualidad en estos tiempos de recortes.
- "El no y el sí son breves de decir, pero piden mucho pensar." ¡Cuántas veces tenemos que evaluar sobre la concesión o denegación de una prestación o ayuda! Pensar mucho antes de hacerlo es un buen consejo, pues ambas cosas suponen tener en cuenta un montón de variables que habremos de controlar en la intervención. También decía al respecto: "Ciencia sin seso, locura doble."
- "Atención al informarse. Vívese lo más de información. Es lo menos lo que vemos." Pues eso, que sin una buena recogida de datos, sin una cuidada investigación y observación, no hay diagnóstico posible.
- "Saber hacerse a todos. Discreto Proteo: con el docto, docto, y con el santo, santo. Gran arte de ganar a todos, porque la semejanza concilia benevolencia." Probablemente en aquellos años no utilizaban la palabra empatía, pero Baltasar Gracián sabía muy bien lo que era.
- "Pon un gramo de audacia en todo lo que hagas". Pero sólo un gramo ¿eh?. Necesario, pero sin pasarse.
- "Visto un león, están vistos todos, pero visto un hombre, sólo está visto uno, y además mal conocido". Si hay un argumento mejor para nuestro principio de individualización, me lo decís.
- "Es cordura provechosa ahorrarse disgustos. La prudencia evita muchos." Complementaria al gramo de audacia.
- "Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros." La culpa, la atribución externa y la desresponsabilización... ¿os suena, verdad?
- "Muchas veces nace la enfermedad del mismo remedio". Atención a nuestras intervenciones, no vaya a ser...
- "Ninguno hay que no pueda ser maestro de otro en algo". Aprender de los demás depende por tanto sólo de nosotros mismos.
- "A quien pide con prisa, lo que es una treta para engañar a la prudencia, conceder tarde". Está claro, ¿no?
Podría seguir, pero no quiero cansaros. Sólo quería compartir con vosotros a este autor, que no solemos relacionar con nuestra profesión y que a mí me parece muy útil. Podéis descargaros uno de sus libros en este enlace Oráculo manual y arte de prudencia. Os invito a que lo leáis.
Y terminaré trascribiendo completo uno de sus Oráculos, el 251 de ese libro, que a mí me parece de gran actualidad en estos tiempos de recortes.
"Hanse de procurar los medios humanos como si no hubiese divinos, y los divinos como si no hubiese humanos. Regla de gran maestro; no hay que añadir comento."
Pues hagámosle caso. Sin comentarios. Y si los hay, dejádlos más abajo.
Pues hagámosle caso. Sin comentarios. Y si los hay, dejádlos más abajo.
Desde luego el título invita a la reflexión , el arte de la prudencia . Me quedo rumiando "es lo menos lo que vemos " y lo de la enfermedad y el remedio . Gracias
ResponderEliminarQué bueno saber reconocer tantos principios en un autor como Baltasar Gracián.
ResponderEliminarLa pena es que pasa desapercibido en nuestra profesión, en nuestros vecinos, nuestros alumnos, etc.
Yo me quedo con lo que casi parece un axioma de nuestra profesión: "Sólo conocemos a uno, y mal conocido", por la exigencia que nos tenemos que imponer a la hora de acompañar a la persona. No desde lo que ya sabemos, si no desde lo que nos queda por conocer de ella.
Saludos (por cierto, me quedo sin saber qué diría Wang ante semejante autor, sería curioso...)
Gracias Merce y David, por comentar. A mí me pasa igual, Gracián me deja rumiando.
ResponderEliminarEn cuanto a Wang, él es más de filosofía oriental, ya sabéis...
Muy bueno!
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