Anda Wang bastante enfadado con la gestión del Ingreso Mínimo Vital, que no está cumpliendo ni de lejos el objetivo con el que se publicitó: proteger a los más golpeados por la crisis social y económica que el coronavirus ha incrementado.
Y no es para menos el cabreo de Wang, porque según me cuenta y, en resumen, el insigne Secretario ha venido a decir que la gente que no lo percibe teniendo derecho a ello es porque es tonta y no sabe tramitarlo.
Así, sin anestesia. Los pobres están acostumbrados a que se les llame vagos, aprovechados, delincuentes, vividores... y otras lindezas semejantes (en base a las cuales se construyen este tipo de prestaciones) pero esto de llamarlos tontos directamente es una novedad.
Igual es un cambio de paradigma, porque más que tontos hasta ahora se les llamaba listos, en el sentido que se aprovechaban de nuestros estupendos Sistemas de Protección Social (sic) para llevar una vida regalada y sin esfuerzo.
Aclaro que lo de tontos lo dice Wang. El Secretario ha sido más elegante: ha dicho que tal vez los posibles destinatarios de esta prestación "no sea la gente mejor informada". Es el mismo insulto pero suena mejor.
Y es que el prejucio y el juego son ya muy viejos. Vuelve una vez más a ponerse de manifiesto esa atribución individual en la que el pobre es pobre por su propia responsabilidad. De las condiciones estructurales o contextuales es mejor no hablar, que nos liamos. Es más fácil así, apelar al indivíduo y ahora dar una vuelta de tuerca más y atribuirle que, además de estar en situación de pobreza por su culpa, permanece en ella por su ignorancia.
Me alegra que se reconozca tan claramente que el IMV, en su diseño, gestión y resultados sea tan parecido a una Renta Mínima, porque como ya he señalado en alguna ocasión, en ello estaría la clave de su éxito o de su fracaso. (Ver mis recientes entradas "Cosas de pobres" o "Debates en la cuerda floja"). En el hipotético contínuo de estas prestaciones cuanto menos se pareciera a una Renta Básica (universal y no condicionada) y más a una Renta Mínima (sectorial y condicionada) más riesgo de fracaso e ineficacia tendría la prestación.
Pero el Secretario tranquilo. Total, las Rentas Mínimas de las Comunidades Autónomas tardan más, hasta un año, dice.
Pues nada. A esperar. Al fin y al cabo, la subsistencia de la gente está garantizada: alguna ayuda de emergencia de servicios sociales, una pizca de mendicidad, un buen pedazo de caridad y bancos de alimentos. Lo de siempre, vamos. Lo que permite que una prestación como ésta, en el momento histórico más importante de las últimas décadas, fracase en sus objetivos sin que nada cambie estructuralmente.
Porque no hay nada que cambiar, ¿verdad Secretario?, cuando el verdadero problema son los tontos.
Magnífica forma de retratar este sin sentido burocrático entre Administraciones en el que se ven atrapados los ciudadanos y los Trabajadores Sociales y técnicos de Servicios Sociales.
ResponderEliminarMuchas Gracias
Tú lo has dicho. Un auténtico (intencionado, añado yo) sinsentido. Gracias por comentar.
EliminarPero es eso lo q quiere este gobierno, q fracase. Se apuntan la medalla de q ellos van a dar una prestación social, vital en estos momentos para muchos ciudadanos, sabiendo (porque no tiene el gobierno ni un duro y por eso complica y pone trabas) q no llegará a casi nadie. Pero de esto ya se encargarán (los gobernantes digo) q no sea noticia.
ResponderEliminarEsto es la izquierda... O alguno pensaba q era otra cosa?
Prejuicios, son todo prejuicios.
EliminarHola, Pedro, me encanta tu ironía, pero no puedo evitarlo, cuando oigo este tipo de declaraciones me pongo de muy mala leche. Son perversas. Un abrazo. Cheli.
ResponderEliminarPues te pasa como a Wang, que esto le cabrea pero muy en serio. Saludos, compañera.
Eliminar¿Dónde vomitar tanta mentira más allá de nuestros confines Pedro?
ResponderEliminarTenemos que salir del armario. Ya lo hemos hablado, compañero.
Creo que me pasa lo mismo que a Wang.🤦🏻♀️
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