Pino llorando tras el incendio
Como también duelen otros paisajes que estamos viendo. Desempleados sin horizonte, familias desahuciadas, personas sobreviviendo en la basura... El incendio que la política neoliberal ha provocado está arrasando y quemando todo a su paso y mientras lo intentamos sofocar, van apareciendo cada vez más focos y nuevos frentes.
Pero, como decía en la anterior entrada, no es momento para desánimos. Durante nuestro paseo por el Moncayo pudimos comprobar como entre las cenizas del incendio estaban naciendo flores, llenas de color y de vida. La vida siempre se abre camino.
Porque este incendio neoliberal terminará algún día. Volverán las flores y las personas dejaremos de respirar este ambiente a humo espeso en el que nos ahogamos. La vida siempre se abre camino. Lo sentí en Madrid con la Marea Naranja y lo comprobé en el Moncayo.
Precioso, Pedro...
ResponderEliminarGracias Belén, me alegro de que te lo parezca.
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