viernes, 30 de agosto de 2013

La batalla de la Teófila.

El otro día prometí dedicar una entrada sobre Teófila Martínez, alcaldesa de Cadiz y a sus declaraciones en las que viene a decir que los pobres, si piden ayudas, no pueden tener Twitter. Si la batalla de las Termópilas fue una confrontación de Esparta contra el Imperio Persa, la batalla de la Teófila representa la confrontación del imperio neoliberal conservador contra los pobres y desfavorecidos. Y sorprende lo combativos que son estos Teófilos cuando se enfrentan a las hordas de miserables y desheredados que ellos mismos han creado.


Leónidas en las Termópilas, por Jacques-Louis David (1814)
Y como si tengo que elegir un bando tengo claro de qué lugar estoy, asumiendo una representatividad que no tengo me atrevo a enviarle una carta a Téofila, casi a modo de misiva en tiempos de guerra.

"Alcaldesa Teófila:   

En primer lugar, y aunque te enfades, voy a tutearte. Yo sólo trato de usted a quien merece mi respeto y no es el caso. Pero no me malinterpretes, Teo, tampoco voy a caer en el insulto.

Sí me permitirás que te cuente una anécdota de mi trabajo.  Te digo primero que soy un pequeño Trabajador Social, intentando desde hace casi veinticinco años ayudar a personas y familias que atraviesan situaciones de malestar y sufrimiento e intentando transformar las estructuras que hacen eso posible. Nada especial. Uno más del montón de colegas profesionales (y de otras profesiones) que intentan hacer de esta sociedad un lugar más habitable para todos.

Un Trabajador Social como esos que trabajan en tu Ayuntamiento, y que, entre otras muchas cosas más importantes y que seguro que desconoces, tramitan las peticiones de ayuda de las personas y familias que lo están pasando mal. Sí, esas que se atreven a pedir para comer, o para que se les ayude con el pago de alguna factura. Esas que a veces, según tu criterio, tienen la desfachatez de tener Twitter.

Lo que te cuento sucedió hace ya unos años, aunque tampoco tantos...


En el equipo de mi  Centro habíamos decidido apoyar a una familia que estaba en una situación de dificultad con una ayuda de urgencia, para afrontar una serie de gastos sobrevenidos. En concreto el pago de un recibo de luz y una lavadora.
Tras todo el trabajo técnico, valoración, entrevistas... y el trabajo administrativo correspondiente, se tramitó la propuesta hacia los órganos del Ayuntamiento encargados de su resolución. En aquellos tiempos las ayudas de urgencia eran debatidas en una Comisión Informativa compuesta por diversos concejales, en un procedimiento que, a nuestro juicio, vulneraba más de un derecho de los beneficiarios. Pero así se funcionaba.

Pues bien, para nuestra perplejidad, y a pesar de contar con todo lo preceptivo y una propuesta técnica favorable, la ayuda de urgencia fue denegada por la fundada razón de que uno de los concejales (lo llamaré, por nombrarlo de alguna manera, Teófilo) había visto al cabeza de familia correspondiente entrar a un bar a tomar una cerveza. "Si tiene para cervezas que se pague lo demás", fue la sesuda argumentación de Teófilo.

Tal y como te lo cuento.


Intenté explicar a Teófilo que la ayuda era necesaria para la familia y que, además, formaba parte de un plan más amplio que pretendía apoyar a esa familia y modificar sus pautas disfuncionales. Le hablé de la complejidad de las dinámicas que se dan en las relaciones de ayuda, el difícil trabajo técnico necesario para diagnosticar, valorar y apoyar para que se superen este tipo de situaciones...

De nada sirvió. Teófilo había tomado ya su decisión.

Por eso no voy a explicarte a tí las cosas que le expliqué a él. Me pareceís demasiado parecidos y sé que no sois capaces (no queréis, vaya) desprenderos de vuestros prejuicios sobre las personas que lo pasan mal. Está demasiado anclado en vuestro ADN la convicción de que el pobre está en esa situación porque lo merece, porque es un vago o un degenerado. Estáis demasiado convencidos de que los desfavorecidos no lo son tanto: en el fondo son unos pícaros mentirosos que fingen su situación para acceder a ayudas públicas. Y pensáis además que el gasto social empleado en estas personas es, además de injusto e inmerecido, la causa de los males de este país.

"El triunfo de Baco o Los Borrachos" D. Velazquez (1629)
Por eso  me abstendré de intentar convencerte. Sé por experiencia que no sirve de nada y que con vuestro discurso, populista, demagógico y facilón, habéis conseguido engañar y tener de vuestra parte a una buena parte de la ciudadanía.

Pero sí te pediré una cosa. Vista la energía que te gastas contra los pobres y lo sensible que eres ante la injusticia y los adecuados destinos de los dineros públicos... ¿qué tal si aplicas los mismos criterios con los colegas de tu partido y los indecentes sueldos (y posiblemente sobresueldos) que perciben muchos de ellos sin que se les conozca ningún trabajo productivo? ¿porqué no exiges a los grandes empresarios, o a las grandes corporaciones financieras que justifiquen las cuantiosas subvenciones públicas que perciben? ¿porqué no denuncias con la misma energía todos los incumplimientos de los poderosas fortunas que se esconden en los paraisos fiscales, sin tributar en nuestro país lo que sin duda deberían?.

¡Ah!, perdona. Es que todos esos son de tu bando. Olvidaba por un momento que esa no es tu batalla. Tu cruzada es contra los débiles. Tal vez ganes. Tal vez no. En todo caso, me tendrás enfrente.

P.D.- Si te preguntas qué fue de Teófilo, te contaré. Además de una especie de talibán intransigente, Teófilo era torpe. Como dicen en mi pueblo, no sabía hacer ni la O con un canuto. Es decir, lo tenía todo para triunfar en política. Y casi lo hizo. Estuvo a punto de ser alcalde. Seguro que te suena la historia.

Recibe un cordial saludo."

2 comentarios:

  1. Mejor imposible Pedro.
    Cuando oí a esa señora me dieron ganas de partirle la cara. En mi casa hemos pedido cita para obtener la nacionalidad española a dos vecinos extranjeros que no tienen internet. En el registro civil de Zaragoza solo puede pedirse cita por internet y tienes que hacerlo los viernes a las 9 de la mañana y las citas se agotan en pocos minutos. Algunos llevan mucho tiempo intentando pedir cita. Si no fuera por nosotros esos chicos lo hubieran tenido dificilísimo para pedir la nacionalidad y eso por no disponer de internet en casa, que cuesta dinero, como bien indica la Sra. Martínez.
    Un saludo

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  2. Gracias por tu compromiso Carolina. Entre todos conseguiremos cambiar todo esto. Saludos.

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Gracias por comentar.