Llevo un tiempo intentando que Wang se abra un par de cuentas en algunas redes sociales. Le explico las ventajas que a mi juicio tiene estar presente en las mismas, pero aún no he conseguido convencerle.
Le he hablado de las múltiples posibilidades que
tiene Internet para el acceso a la información, para conectar con otras
personas y establecer diálogos, hacer sinergias… incluso para el activismo
social. Y está de acuerdo, pero tiene dudas. Le argumento que no puede ir en
contra de los tiempos y que hoy Internet, como bien señala el sociólogo Manuel
Castells en esta entrevista que os enlazo, es un lugar de sociabilidad ineludible.
Le argumento también la presencia en Internet
porque en las redes se están produciendo debates y batallas en los que es
imprescindible participar. El control de la información y de los medios de
comunicación, tan necesario para quien ostenta el poder, se ha dificultado con
la aparición de las redes sociales quienes empiezan a ocupar la función que antes tuvo la prensa. Enlace.
Eso explica, por ejemplo, el desprestigio y
ataque que está sufriendo Twitter por parte de muchos políticos y medios de
comunicación afines. Se acusa a esta red de estar llena de una especie de
vándalos que se dedican a insultar y difamar y a la propia red de permitir y
favorecer este tipo de actitudes. El último ejemplo, la polémica surgida a raíz
del accidente de la Delegada del Gobierno de Madrid.
Tras el accidente, a través de Twitter circularon
numerosos mensajes, más o menos desafortunados, comentando el mismo y haciendo
diversos comentarios descalificatorios a la delegada. Ésta, que goza de la antipatía
de gran parte de la población, fue blanco de las iras de un buen número de
personas, llegando incluso algunos a alegrarse del accidente y desear su
muerte.
Injustificables manifestaciones, sobra decirlo, pero nada extraño dentro de una red social formada por millones de personas donde siempre habrá algunos sujetos y algunas opiniones extemporáneas.
La estrategia de las fuerzas conservadoras ante
este hecho ha seguido lo que parece un manual de propaganda del siglo pasado.
En primer lugar se generaliza, acusando a toda la red como autora de dichas
manifestaciones: "Twitter se ensaña con Cristina Cifuentes."
Luego se acusa a los autores de las mismas de ser miembros de la extrema
izquierda. "La miseria moral de la extrema izquierda se
ensaña...". Y a lo largo de los artículos se va atribuyendo dichas
posturas a toda la izquierda.
Toda esta estrategia se acompaña de algún
personaje que manifiesta abandonar Twitter como éste que os enlazo también, que
califica a los miembros de esta red social de “tarados, resentidos y enfermos”
y a la red “generadora de debates artificiales y que carecen de interés”
De este modo queda la cosa completa.
Así que cuando le propongo a Wang que se abra una
cuenta en Twitter le estoy proponiendo que pase a formar parte de esa banda de
tarados, violentos e insensibles ante el dolor ajeno, radicales de izquierdas
que sólo quieren desestabilizar los pilares fundamentales de la democracia.
No me extraña que me diga que no.
P.D..- Y hablando de Twitter, mención aparte para la alcaldesa de Cádiz, cuyo argumento "si eres pobre no puedes tener Twitter" la hace digna de figurar entre los grandes políticos y estadistas de este país. Otro día le haremos el homenaje que merecen sus manifestaciones.
P.D..- Y hablando de Twitter, mención aparte para la alcaldesa de Cádiz, cuyo argumento "si eres pobre no puedes tener Twitter" la hace digna de figurar entre los grandes políticos y estadistas de este país. Otro día le haremos el homenaje que merecen sus manifestaciones.
Buen artículo.
ResponderEliminarEl poder e internet mantienen una batalla constante. Todo lo que no pasa por el filtro de un director de radio o televisión, sujeto a presiones políticas y mercantiles, les pone de los nervios.
La libertad de expresión es subversiva.
Gracias por tu valoración. Por cierto, Macario... ¿tienes cuenta en Twitter?
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