Creo que Wang anda algo nostálgico. El otro día le pillé preparándose un bocadillo de chocolate al que le añadía una generosa ración de aceitunas, cortadas en trocitos. Cuando le pregunté por esa combinación tan extraña me confesó que le recordaba algunos sabores de su infancia, en su China natal.
La verdad es que no me preocuparía si no le hubiese pillado algunas otras incongruencias. Pero es que mientras se preparaba su bocadillo, me preguntó si la Ley de Dependencia era esa que obligaba a los catalanes a permanecer en España.
No pude por menos que explicarle que no tenía nada que ver. Lo que mal llamamos Ley de Dependencia es en realidad Ley de Promoción de la Autonomía Personal y de Atención a las personas en situación de dependencia, y se diseñó como una parte más de nuestro sistema de protección social. Lo de los catalanes es otra historia.
- Sí, pero ellos, ¿no quieren también la autonomía?, me replicó mientras veía con espanto como comenzaba a añadirle mahonesa al bocadillo que se estaba preparando.
- Bueno, sí, pero son dos autonomías distintas. Le contesté. Una se refiere a unas condiciones personales y la otra al derecho de autodeterminación de un pueblo y a la voluntad de sus habitantes de ser independientes.
-Pues eso, ser independientes...
Y así continuamos el diálogo un buen rato. Yo creo que al final lo entendió todo. Al fin y al cabo, era una confusión creada por una mezcla de términos y conceptos que nada tenían que ver unos con otros.
Pero me quedé pensando en la cantidad de ocasiones en que, habitualmente desde la política o desde los medios de comunicación se mezclan conceptos que tampoco tienen nada que ver, pero que grandes sectores de la población se tragan sin darse cuenta de la imposible mezcla.
Pondré sólo dos ejemplos, pero los hay a cientos:
"El futuro de las pensiones está en riesgo debido al envejecimiento de la población". Y te encuentras a un montón de gente convencida de que el problema de las pensiones es únicamente demográfico, sin reflexionar sobre como influyen en el tema, por ejemplo, los salarios bajos o la estructura del sistema de impuestos.
O este otro: "Los inmigrantes son un problema para la sociedad, una carga y un riesgo de violencia". Y de igual manera te encuentras gente defendiendo que todos los inmigrantes viven de las ayudas sociales, a pesar de que los datos demuestren lo contrario, o mirando con precaución al vecino musulman no vaya a ser que esconda una bomba bajo la chilaba.
Cuando masticando con la boca llena, Wang me ofreció darle un bocado a su merienda lo rechacé, aunque os tengo que confesar que fue unicamente por miedo a que fuera a gustarme...
No pude por menos que explicarle que no tenía nada que ver. Lo que mal llamamos Ley de Dependencia es en realidad Ley de Promoción de la Autonomía Personal y de Atención a las personas en situación de dependencia, y se diseñó como una parte más de nuestro sistema de protección social. Lo de los catalanes es otra historia.
- Sí, pero ellos, ¿no quieren también la autonomía?, me replicó mientras veía con espanto como comenzaba a añadirle mahonesa al bocadillo que se estaba preparando.
- Bueno, sí, pero son dos autonomías distintas. Le contesté. Una se refiere a unas condiciones personales y la otra al derecho de autodeterminación de un pueblo y a la voluntad de sus habitantes de ser independientes.
-Pues eso, ser independientes...
Y así continuamos el diálogo un buen rato. Yo creo que al final lo entendió todo. Al fin y al cabo, era una confusión creada por una mezcla de términos y conceptos que nada tenían que ver unos con otros.
Pero me quedé pensando en la cantidad de ocasiones en que, habitualmente desde la política o desde los medios de comunicación se mezclan conceptos que tampoco tienen nada que ver, pero que grandes sectores de la población se tragan sin darse cuenta de la imposible mezcla.
Pondré sólo dos ejemplos, pero los hay a cientos:
"El futuro de las pensiones está en riesgo debido al envejecimiento de la población". Y te encuentras a un montón de gente convencida de que el problema de las pensiones es únicamente demográfico, sin reflexionar sobre como influyen en el tema, por ejemplo, los salarios bajos o la estructura del sistema de impuestos.
O este otro: "Los inmigrantes son un problema para la sociedad, una carga y un riesgo de violencia". Y de igual manera te encuentras gente defendiendo que todos los inmigrantes viven de las ayudas sociales, a pesar de que los datos demuestren lo contrario, o mirando con precaución al vecino musulman no vaya a ser que esconda una bomba bajo la chilaba.
Cuando masticando con la boca llena, Wang me ofreció darle un bocado a su merienda lo rechacé, aunque os tengo que confesar que fue unicamente por miedo a que fuera a gustarme...
Genial Pedro. Hoy me habéis hecho reír. Gracias mil a los dos.
ResponderEliminarBueno, Carmen, una de cal y otra de arena... Gracias a tí.
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