jueves, 30 de agosto de 2012

Hai, la Muralla China y los platos rotos.

Los primeros esbozos de la gran muralla china se iniciaron en el s. V a. C. Su función era la de proteger las fronteras ante futuros ataques de otros pueblos. Algunas fuentes indican que su longitud es de 8.851 km, es decir 10.000 li, que en China equivale a infinito. Parece que actualmente sólo se ha conservado el 30%. En tiempos, estuvo custodiada por más de un millón de guerreros y también ha llegado a llamársele el“cementerio del mundo” porque en su construcción perdieron la vida más de 10 millones de trabajadores. Ahora es Patrimonio de la Humanidad.

Por fin Wang ha confesado. Ya os decía que, desde que vino de sus vacaciones en China, estaba un tanto raro, nervioso y atribulado. Ahora sé la razón. Sus padres le pidieron que acogiera en España a su hermana Hai. El no pudo negarse, pero lleva todo este tiempo muy preocupado porque sabe que la situación de su hermana, emigrando irregularmente, no va a ser nada fácil. ¡Con la que está cayendo!

Así que Hai ya lleva unos días viviendo con Wang. Ya le hemos contado la situación socioeconómica en la que nos encontramos y la política de recortes con la que nuestros gobernantes pretenden que creamos que la vamos a superar. Hai ya estaba al tanto, porque su hermano le había informado con el ánimo de desalentarla a venir, cosa que, obviamente, no consiguió.

Hai nos decía que los recortes en los derechos sociales más básicos, como son la educación, la sanidad, los propios servicios sociales, le llevaban a pensar en la muralla china. Tantos siglos de construcción, tantas personas a lo largo de la historia que se dejaron la piel por conseguir más igualdad, justicia y equidad, y de aquí a poco, ¿qué nos va a quedar? ¿El 30%? Y si pensábamos que ese logro era infinito, ya vemos que no, proseguía.. No sólo estamos expuestos a los ataques de los de fuera, es que los ataques más violentos vienen desde dentro y no sabemos ya en qué lado de la muralla nos tenemos que poner para defendernos y sobrevivir. Reflexionaba Hai sobre los esfuerzos que las naciones empeñan en conservar figuras como la Gran Muralla China.  Está bien. ¿Y los derechos sociales? ¿Y la dignidad de las personas?

Como veís, Hai tiene razón en muchas de sus apreciaciones.  Además, nos comentó que en China tienen un proverbio que viene a decir algó así como
                    Chéng mén shī huǒ, yāng jí chí yú
                            失 火,殃 及 池
que es como decir, “los señores se pelean y los siervos pagan los platos rotos”, que me pareció una perfecta analogía sobre la dialéctica política y sus repercusiones en los ciudadanos.

En fin. Defender la muralla y pagar los platos rotos. En poco tiempo ha definido Hai lo que va a ser nuestra tarea para los próximos tiempos.

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