miércoles, 1 de abril de 2015

¿Pueden los esquizofrénicos pilotar aviones?

Ya disculparéis que el título de la entrada sólo guarde con el contenido una relación tangencial. Porque no voy a hablar especificamente de esa enfermedad mental, ni de los estigmas o dificultades que las personas afectadas padecen. Con vuestro permiso, voy a utilizar la pregunta a modo de metáfora de la realidad política actual.


El trágico accidente aéreo acaecido la semana pasada ha abierto una serie de debates y reflexiones que los que nos dedicamos a lo social haríamos bien en desarrollar. Dudo que vaya a hacerse con la suficiente profundidad. Cuando pase un poco de tiempo, el dolor se diluya un poco y el morbo descienda, pasaremos página como en tantas otras tragedias semejantes. Aprenderemos algo, seguro, pero dudo que sea algo más allá de lo superficial.

Como os digo, yo no voy en estos momentos a referirme a estas reflexiones. El suicidio, la inclusión social de las personas que padecen algún trastorno mental, su tratamiento (en demasiadas ocasiones exclusivamente farmacológico), la depresión, la esquizofrenia, la fuerte estigmatización de los afectados... Son temas que requieren un desarrollo pausado que no voy a hacer por ahora. En todo caso, si estos temas os interesan os recomiendo que visitéis el blog del compañero Sergio Siurana "Esquizofrenia y Terapia Familiar", que contiene artículos y materiales bien interesantes sobre ellos. También podéis consultar los materiales del "Proyecto Chamberlin" y su campaña contra el estigma y por la sensibilización social en las enfermedades mentales.

Y apuntado el tema, os explico por qué lo utilizo como metáfora.

La esquizofrenia es un diagnóstico utilizado para describir varios trastornos mentales, todos ellos ciertamente complejos tanto en su etiología como en su fenomenología o en su tratamiento. Generalizando mucho diremos que alguien con esquizofrenia suele desarrollar diversas alteraciones en la percepción de la realidad, acompañadas de conductas que resultan anómalas para la comunidad. Síntomas frecuentes son las creencias falsas, pensamientos poco definidos y confusos, alucinaciones, reducción de las actividades de relación y de la expresión de emociones.

Todo ello me ha venido a la cabeza estos últimos días, presenciando las últimas decisiones que el gobierno de nuestra nación ha tomado en materia de política social, en especial sobre la asistencia sanitaria a inmigrantes irregulares.

Si algo ha demostrado en el tiempo que lleva gobernando el Partido Popular es su especial insensibilidad hacia el sufrimiento de los más débiles, con una falta de empatía tal que, a mi juicio, cae dentro del trastorno afectivo propio de muchas enfermedades mentales.

Pero no sólo eso. Además de esa crueldad, la política social de este gobierno pasará a la historia por su torpeza. El nivel de improvisación y chapuza con el que diseñan sus políticas es algo digno de estudio, fruto sin duda de un elevado nivel de prepotencia, ignorancia y desinterés. Y probablemente  a causa de las falsas creencias con las que la esquizofrenia neoliberal que padecen afecta a sus confusos pensamientos.

Como digo, no hay mejor muestra de todo ello que esa especie de "baile de la yenca" en que han convertido el acceso de los inmigrantes irregulares a la asistencia sanitaria. Hace tres años, en una medida cruel como pocas se han tomado, excluían del acceso normalizado a miles de immigrantes. Poco les importó quebrar la universalidad del sistema, o el grave riesgo para la salud pública que se generaba, ni los avisos sobre la saturación de urgencias que iba a suponer. Ni qué decir de las situaciones de sufrimiento que iba a crear. Una medida basada en una ideología racista que ni siquiera podía justificarse esta vez por razones económicas.

Ahora intentan plantear de nuevo el acceso al sistema sanitario normalizado del que fueron expulsados, pero con la rigidez y la falta de autocrítica propia de estos enfermos mentales, al no poder reconocer su equivocación plantean un acceso condicionado, sin reconocer derechos ni restituir el caracter universal del sistema de salud. Para ello utilizan los argumentos que antes negaban. En mi pueblo se denomina a estas actuaciones comportarse "como pollo sin cabeza" y creo que también es una buena metáfora de la sinrazón con la que gobiernan y de la confusión que crean.   

Resumiendo. Que no voy a contestar a la pregunta sobre si los esquizofrénicos pueden pilotar aviones. La verdadera pregunta que tendríamos que hacernos es si deberían gobernar sociedades.

6 comentarios:

  1. Tu lo dices todo, Pedro, totalmente de acuerdo con tu entrada.Un placer leer tus aportaciones.

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  2. Pedro, enhorabuena por tu entrada, que comparto plenamente. Me encanta lo de tu pueblo "como pollo sin cabeza" describe muy bien lo que estamos viviendo con los gobernantes actuales (me la apropio).

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  3. Y yo que pensaba que a los que se dedicaban a gobernar a otros les hacían pruebas, chequeos y exámenes! Jo, qué palo, no?
    En fin, como dice Monica, tú lo dices todo...

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  4. Gran post, Pedro. Como siempre, vamos. No creo q nuestros gobernantes tengan ninguna enfermedad mental ya que la crueldad, el ser un pollo sin cabeza, el yo me lo guiso y yo me lo como no son síntomas de ninguna enfermedad. Son sin duda características de personas q no deberían tener ningún cargo. Ni público ni privado. Esperemos q así sea antes de acabar el año. Gracias por la mención, compañero. Y también tienes razón sobre que debemos hacer una reflexión profunda sobre las consecuencias sociales del accidente aéreo que nos ha conmocionado a todos los últimos días. Un abrazo

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