Otro viernes negro, en el que los talibanes que nos gobiernan han dado un paso más en la imposición de su modelo de protección social y más concretamente, su modelo de Servicios Sociales.
A estas alturas, ya no nos
sorprende. El desmantelamiento premeditado y sistemático de la red de servicios
sociales es un hecho. Con la Ley de Dependencia muerta por inanición y el
Sistema de Servicios Sociales Básicos con la fecha de caducidad estampada
(como si de un yogur se tratara) gracias a la Reforma de la Administración Local, se completa el modelo de
política social que las huestes neoconservadoras, aplicando las más estrictas
medidas neoliberales, tenían diseñado.
Fin. Se acabó. Vayámonos
despidiendo. Pero tampoco nos engañemos. Esto se veía venir.
En nuestro país no puede decirse
que el Sistema de Servicios Sociales haya sido nunca demasiado sólido. Carentes
de una Ley General, con normativa dispersa entre las Comunidades Autónomas y
los Ayuntamientos, financiados insuficientemente mediante un Plan Concertado y
con subvenciones y programas más o menos coyunturales… Era más un espejismo que
una realidad. Un espejismo que a veces nos ilusionó y que en ocasiones pensamos
que nos serviría de guía para construir algo más contundente pero… espejismo al
fin y al cabo.
Un espejismo que las élites
económicas y políticas conservadoras que siempre nos han gobernado se
encargaron de que no se hiciera realidad y que ahora, desprovistas de todo
rubor y sin necesidad de permanecer en la sombra, se lo han cargado de un
soplido.
La imposición del modelo alternativo
hace ya mucho tiempo que fue desvelado: de la protección social de los
individuos y familias desfavorecidas no debe encargarse el Estado. Ha de ser la
propia sociedad, a través de sus mecanismos de solidaridad y ayuda mutua
espontánea quien lo haga.
Y llevamos mucho tiempo
asistiendo a un espectáculo bastante contradictorio. Mientras se van
desmantelando todos los resortes del sistema público de protección social, se
aplauden con fruición las maravillosas iniciativas solidarias que surgen en la
sociedad y que pretenden proveer de esa protección social a los ciudadanos que
la necesitan. El derecho es sustituido por la beneficencia, la justicia social
por la limosna.
Los medios de comunicación, al
servicio de las élites gobernantes, se han encargado de difundir y aplaudir
este nuevo modelo. La exhibición del mismo cae en la obscenidad de los últimos
programas televisivos en los que se apela a la solidaridad social para
solucionar o aliviar los sufrimientos
causados por la desprotección social en la que se ha abandonado a los
ciudadanos. Pero el asunto viene de mucho más atrás. Como ejemplo, ved esta
portada de un suplemento dominical de hace unos años, al inicio de la crisis.
Se definen los verdaderos héroes
de la crisis: los voluntarios de las grandes organizaciones de ayuda. En este
caso, Cáritas. En otros, Cruz Roja o la multitud de ONGs que pueblan nuestro
territorio. Y vuelvo a reiterar que no tengo nada en contra de estas
organizaciones, sólo que siempre las he entendido como un complemento al sistema
público de acción social. Nunca pensé que lo sustituirían.
¿Héroes? Wang me dice que hace
tiempo que aprendió que ya no quedan héroes.
Yo le digo que lo que sí quedan de verdad son villanos. Esos que nos recuerdan que los yogures caducan.
Hola Pedro,
ResponderEliminaruna de las cosas que más se reiteran en los libros que estudio es la falta de una ley general de servicios sociales, al igual que la hay para educación, sanidad y seguridad social. No sé por qué no habrá interesado hacer esa ley. Es una verdadera pena que el sistema público de servicios sociales haya sido siempre tan débil. Este gobierno está haciendo de las suyas, pero los anteriores teóricamente más sociales, tampoco creo que hicieran mucho por darle una entidad como tiene que ser.
Un saludo
Tienes toda la razón, y por ahí andan muchas de mis reflexiones: la responsabilidad de anteriores gobiernos, en especial los de corte supuestamente progresista, en el desarrollo de una red tan débil y desestructurada. En cuanto a la falta de Ley general, siempre esgrimieron un insuficiente amparo constitucional para regular a nivel nacional los Servicios Sociales. Sin embargo, se encontraron argumentos constitucionales para la Ley de Dependencia, lo que a mi juicio supuso un error, al escindir ambas realidades. A mi la ley de Dependencia me dejó un regusto contradictorio y amargo, donde confirmé lo que hacía años que años que sospechaba: se optaba por desarrollar servicios sociales sin generar ni fortalecer la estructura que debía mantenerlos. Yo lo defini entonces como construir habitaciones de una casa sin pensar en la cimentación y olvidando que no había tejado. Ahora ha venido una tormenta y se ha llevado todo por delante. Y me duele especialmente que ahora, los mismos que propusieron este modo de hacer, estén hablando incluso de reformar la Constitución. En fin..., que escribiría otra entrada. Gracias de nuevo, Carolina.
ResponderEliminarFantástica entrada Pedro, resumes esto de forma muy certera. Suscribo todo lo dicho y la comparto para que rule...
ResponderEliminarHola Pedro,
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con la entrada y con los comentarios.
En lo que se refiere a la falta de una Ley General de Servicios Sociales, creo que está relacionado con la principal diferencia que ha habido entre este sistema y el de sanidad o educación, y es que el Sistema de Servicios Sociales nació DESCENTRALIZADO, por lo que tal vez haya sido más difícil poner de acuerdo a todas las CC.AA. para una redacción única que diera cobertura y satisfacción a todas las realidades territoriales.
Saludos
Gracias, Belén y Juanma, por vuestros comentarios.
ResponderEliminarMis admirados Pedro y Belén, permitidme una precisión.A los TTSS (entre otros) siempre nos pareció imprescindible la promulgación de una Ley Marco de SS. Y ya en el 83, con la llegada de Patro de Las Heras a la D.G. de SS, nos empeñamos en sacarla adelante. Tuve el gusto de participar,junto a muchos colegas, en la discusión y elaboración del Borrador (Proyecto) de la mencionada Ley, que fué bloqueada por el Consejo de Estado (impugnada por el Gob. Gallego). Las competencias en materia de SS habían dejado de ser titularidad del Estado Central al haberse transferido la competencia exclusiva a las Comunidades, y consecuentemente, la capacidad legislativa en dicha materia.
ResponderEliminarNo nos conformamos los TTSS con la situación y desde el Consejo de Trabajo Social, con el impulso y apoyo de Patro, diseñamos, planificamos e implementamos un nuevo modelo de desarrollo legislativo en nuestro recién estrenado sistema democrático para garantizar el desarrollo de la red básica de SS con un caracter homogéneo en todo el Estado: El Plan Concertado.
En síntesis, era una aproximación, imperfecta pero posibilista,a lo que se pretendía con la Ley Marco., mediante el recurso de conseguir que las CCAA aceptaran (estuvieran de "acuerdo", "concertaran") voluntariamente, hacer aquello que el Gobierno Central no podía imponer.
Y nos permitió, con las limitaciones e imperfecciones que conocemos, el desarrollo de un sistema público de SS en todo el Estado . Y pese a sus deficiencias (fundamentalmente porque nunca se llegó a su pleno desarrollo), creo que es un importante motivo de orgullo para esta profesión. Podemos decir que, casi en exclusividad, somos nosotros quienes tuvimos la capacidad, coraje, inteligencia y creatividad para desarrollar una parte tan fundamental del Sistema Público.
Nunca aceptamos la no existencia de la Ley General o marco, pero no quisimos resignarnos al vacío y siempre hemos reivindicado y perseguido su consecución.
Este mismo motivo legislativo competencial es lo que llevó al Gobierno Zapatero a desarrollar la Ley de Dependencia copiándonos el modelo. Si lo pensáis, el mecanismo es el mismo.( Es el Consejo Interterritorial quien concierta, voluntariamente, la asunción de la misma y el desarrollo)
No es menos cierto que , una vez que el principio de la sacrosanta virginidad de la Constitución ha sido roto por los dos partidos mayoritarios con la modificación del artº. 135, los TTSS hemos reiterado nuestra histórica demanda y ayer mismo hemos vuelto a proclamar, en el XII Congreso deTS, la exigencia del cambio constitucional y la promulgación de la Ley Marco.
Agradezco tus precisiones y tus comentarios, Juan. Me han animado a terminar una entrada completando algunas cosas que me quedaron pendientes.Enseguida la publico.Un abrazo.
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