Sobre Pobreza
y Exclusión social se ha escrito mucho. Dos realidades diferentes, pero con una
mutua interacción. Hay multitud de artículos académicos que hablan de ello,
desde cómo medir ambas dimensiones hasta los factores que influyen en la
aparición, mantenimiento y superación de cualquiera de ellas, pasando por la
interinfluencia que las dos mantienen.
Pero el ámbito
académico, en muchas ocasiones, está demasiado alejado del mundo real,
entendiendo como tal la percepción y explicación que de ambas realidades tiene
la población general, al menos la gran mayoría de ella.
Para estos
efectos, vamos a definir que la pobreza vendría marcada por la carencia
económica, mientras que la exclusión social se habrían deteriorado además otros
procesos, mayoritariamente relacionales y convivenciales.
En una
simplificación (excesiva sin duda, por mi parte) podríamos decir que pobreza
sería análoga a necesidad económica y que exclusión social sería equivalente a
deterioro relacional. Del mismo modo podríamos decir que en la exclusión social
incluye la pobreza, así que la definición sería de carencia económica más
deterioro relacional.
…y explicando.
Pero además de
esta conceptualización general, hay otras que están influyendo en la situación.
Me refiero a la explicación que se da a los fenómenos y, como consecuencia de
ambas, las propuestas para abordarlos o atenderlos.
En
cuanto a la explicación del fenómeno es universal y casi de Perogrullo. La
gente está en estas dos situaciones debido a que no tienen dinero. Y no tienen
dinero porque no tienen trabajo. Y no tienen trabajo porque… (y aquí las versiones
en la población general ya difieren un tanto):
- …no hay trabajo (así la atribución de la situación es en el fondo externa, y la responsabilidad recae en las condiciones socioeconómicas generales)
- …son unos vagos y no quieren trabajar (donde la responsabilidad de la situación recae en el sujeto y en sus actitudes)
- …tienen dificultades y carencias para encontrar trabajo (donde la responsabilidad y la atribución también es interna, esta vez en las aptitudes del sujeto).
Estas tres
hipótesis, en diferentes combinaciones y porcentajes, conformarán la
explicación que el observador da a la situación, dependiendo básicamente de la
ideología del mismo. Pero en el fondo, no son sino matices dentro del amplio
consenso explicativo.
Este
consenso tan generalizado en la conceptualización del fenómeno y las
coincidencias en su explicación es importante, pues determina cómo la población
considera que debe atenderse el mismo. Y ello se va a reflejar luego en las
diferentes formas de atenderlo que se implementan tanto por la sociedad civil
como por el Estado en su política social.
¿Y entonces, los servicios sociales?
Pues
ahora llegamos a ellos. Como consecuencia de esa percepción y consenso que he
explicado, y mucho más allá de las definiciones que en leyes o normativas
podamos hacer, los servicios sociales son los encargados de solucionar las
situaciones de pobreza.
Porque
esa es la misión que se nos ha atribuido: atender la pobreza. Y en consecuencia
con la explicación predominante, eso hay que hacerlo prioritariamente con
dinero. Hay que transferir renta a esas capas pobres de la población, lo cual
se consigue mediante dos formas: creación de empleo y prestaciones económicas;
la primera, se considera que no es de nuestra competencia (los hados de la macroeconomía,
en la que tanto está trabajando nuestro gobierno, son los que mágicamente los
crean), por lo cual la respuesta predominante para la pobreza son las
prestaciones económicas.
Tenemos
por tanto la ecuación completa.
- La situación de POBREZA viene determinada únicamente por la carencia económica
- Se debe atender en SERVICIOS SOCIALES
- Mediante prestaciones económicas, esto es, DINERO.
Esta ecuación vendría a ser el equivalente a las Leyes de la Gravitación Universal de Newton. Son indiscutibles. Y aunque sean leyes que han sido superadas por otros desarrollos posteriores, son las que en la práctica y para lo cotidiano aplicamos.
Sin embargo,
su uso reiterado nos ha traído algunos problemas. Aunque parezca funcionar, es
probada su ineficacia. Las situaciones de pobreza y exclusión social no dejan
de incrementarse y agravarse. Por otro lado, estas respuestas asistenciales colaboran,
en demasiadas ocasiones, más con la cronificación de las situaciones que con su
superación. Por no hablar de la posición de muchos profesionales, teniendo que
realizar únicamente funciones burocráticas en un contexto evaluativo en el que
quedan relegadas otras funciones técnicas.
Y además de
problemas, alguna paradoja. En muchos sectores profesionales se rechaza el
planteamiento de la ecuación, al mismo tiempo que se da por buena,
atribuyendo su mal funcionamiento a la
insuficiente magnitud del último componente: el dinero. Como decían los
hermanos Marx, “Más madera, es la
guerra”.
Deconstruyendo la ecuación.
Determinar cuándo
una familia se encuentra en situación de pobreza no requiere demasiada técnica.
No deja de ser, como decimos, un contexto evaluativo bastante sencillo. Pero si
pretendemos averiguar por qué, la evaluación puede complicarse.
En el fondo se
trata de hacer un diagnóstico tanto sincrónico como diacrónico, de las
circunstancias que han llevado a esa persona o familia a esa situación. Y como
todo proceso diagnóstico las tareas que requiere son ciertamente complejas y
requieren de su tiempo. Tiempo y complejidad que chocan frontalmente con el
encargo social de responder con rapidez a situaciones que ya están evaluadas y
diagnosticadas simple y linealmente.
Para la
primera deconstrucción propongo por tanto la disyuntiva entre evaluación vs. diagnóstico,
acompañadas de las disyuntivas simple vs. complejo e inmediatez vs. proceso.
En segundo
lugar tenemos la posición de Servicios Sociales, en cuanto al Sistema que debe
atender las situaciones de pobreza. He reiterado en muchas ocasiones en este
blog mi posición al respecto. Tanto pobreza como exclusión social son
responsabilidad de todos los Sistemas de Protección Social.
Sólo una
política social integral sobre el problema lo abordará con eficacia y cada uno
de los sistemas, desde el de vivienda y el de empleo, hasta el de servicios
sociales o el prácticamente inexistente de garantía de rentas, pasando por los
de sanidad y educación (sí, también éstos…) deben articular y priorizar
programas, servicios y prestaciones para estas situaciones.
Por ello, la
segunda deconstrucción estaría en el foco servicios sociales vs. política
social, que incluye la dinámica entre residual vs. integral.
Y llegamos por
fin a la tercera. El dinero, como dice el refrán “poderoso caballero…”. Es una
obviedad que si el nivel de renta es lo que determina la situación de pobreza,
incrementar el dinero disponible es imprescindible para superar la misma. Esa
transferencia de dinero debería hacerse mediante el Sistema de Garantía de
Rentas, un sistema todavía por construir y definir, que debería implementar
prestaciones (cuanto más universales e incondicionadas, mejor) que
incrementaran los niveles de renta de la población, entre ella los más
vulnerables. Transferencia en la que el Sistema de Servicios Sociales tiene
poco o nada que hacer.
Pero a pesar
de ello, aunque esa transferencia se hiciese, seguiría habiendo personas y
familias cuyas condiciones de vida seguirían siendo análogas a las de la
situación de pobreza o a las de la exclusión social. Multitud de
condicionantes, de orden interno o externo a la familia, explican estas
situaciones en las que volvemos al primer punto. Es necesario un detallado,
complejo y cuidadoso análisis y diagnóstico de las mismas.
Diagnóstico
para el que tiene sentido la
intervención del Sistema de Servicios Sociales y tras el cual deberá
implementar las medidas correspondientes, bien prestaciones económicas (las
menos de las veces) o bien programas y servicios de enfoque convivencial y
relacional (imprescindibles y necesarios en la mayoría de ellas).
La tercera y
última deconstrucción tiene que ver por tanto con el contínuo dinero-servicios
relacionales y con el de indicación o universalidad.
Como
resumen:
EJE
|
DIALECTICA
|
||
CONCEPTUALIZACION
|
EVALUACION
|
vs.
|
DIAGNOSTICO
|
SIMPLICIDAD
|
vs.
|
COMPLEJIDAD
|
|
INMEDIATEZ
|
vs.
|
PROCESO
|
|
SISTEMA
|
SERVICIOS
SOCIALES
|
vs.
|
POLITICA
SOCIAL
|
RESIDUAL
|
vs.
|
INTEGRAL
|
|
MEDIDAS
|
DINERO
|
-
|
SERVICIOS
RELACIONALES
|
INDICACION
|
vs.
|
UNIVERSALIDAD
|
A modo de conclusión
La lucha
contra la pobreza y la exclusión social requieren no sólo de una transferencia
de renta hacia los sectores más empobrecidos de la sociedad. Es necesario una
nueva reformulación integral de toda la política social, en la que es necesario
además abordar y definir un nuevo papel para el Sistema de Servicios Sociales,
siendo conscientes de que esa nueva reformulación y definición requiere de
paradigmas distintos a los implantados en la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar.