domingo, 14 de mayo de 2017

El Trabajo Social ha muerto

No somos pocos los profesionales que estamos preocupados por la deriva que los Servicios Sociales han tenido en estos últimos años, con un fuerte retroceso hacia formas de acción social que creíamos superadas y un protagonismo inusitado del más rancio asistencialismo y de la más retrógada beneficencia.


Pero siendo importante, siento que ese no es verdadero problema. Lo que de verdad me importa es la posición que el Trabajo Social está tomando al respecto. Y es para hacérnoslo mirar.

El retroceso del Trabajo Social en el Sistema de Servicios Sociales y en el resto de Sistemas Públicos de Protección Social es alarmante. Y no por la presencia, que también, sino por sus prácticas.

Salvo excepciones (que lamentablemente son sólo eso, excepciones), los Servicios Sociales se han convertido en una gestoría de prestaciones (la mayoría económicas). Se nos llena la boca de frases como "garantizar derechos" cuando en el fondo a lo que nos referimos es que el ciudadano reciba la mayor prestación o servicio posible de entre aquellos que regulan las dispares y complicadas normativas. Y entre las dos cosas hay una gran diferencia en la que nos vemos atrapados y confundidos.

Y en esa confusión, hemos reducido la  función del Trabajo Social a navegar por ese inextricable mundo de órdenes, normas y reglamentos contradictorios realizando principalmente unas tareas burocráticas en las que lo más cercano a funciones técnicas como por ejemplo, la valoración, es certificar la pobreza (o insuficiencia de medios económicos) de los solicitantes de las prestaciones correspondientes. Lamentable, pero cierto.

Anclados en esas tareas, hemos abandonado progresivamente otros territorios que siempre han estado ligados a nuestro ADN como profesión. Como el Trabajo Social de casos (Belén dixit), o todo lo que podamos definir como terapéutico (que cada vez más abandonamos en manos de médicos o psicólogos). O las funciones educativas y/o de acompañamiento (cuyo protagonismo está siendo asumido por educadores sociales, enfermeros...). Y  podríamos seguir.

Hemos permitido que el resto de profesiones asuman estos territorios y hemos dejado que sean ellas quienes definan el nuestro, relegándonos a esas funciones burocráticas en las que cada vez somos más prescindibles. No hemos sido capaces de defenderr la transdisciplinariedad y en este mundo neoliberal e individualista, hemos renunciado a nuestro trozo de tarta. Noble sacrificio si no fuera porque la intervención social se ha empobrecido hasta niveles insostenibles.

Progresivamente, he ido perdiendo toda esperanza de que consiguiéramos revertir la situación. E iluso de mí, confiaba que uno de los últimos bastiones era la Universidad. Quería creer que en ella, las nuevas hornadas de profesionales se estaban formando científica y críticamente, y que saldrían al dificil mundo laboral pertrechados con algunas armas para hacer frente al desafío de evitar que desaparezcamos. 

Pero escribo todo esto profundamente entristecido por darme de bruces con la realidad al saber la noticia de que alumnos del Grado de Trabajo Social en Zaragoza se han lanzado a organizar una iniciativa asistencialista confundiendo solidaridad con beneficencia. Os cuelgo la noticia, avergonzado por la imagen que transmite de nuestra profesión.

Creo que como profesión, estamos muertos. Y tal vez, como en la película de Amenabar, estemos en una realidad paralela en la que no nos hemos dado cuenta todavía.




38 comentarios:

  1. Cuando esta mañana he leído la noticia he pensado en ti, en Joaquín, en Jorge, en Ana, en Gustavo en todos mis amigos aragoneses y en su pelea de tantos años.
    Los alumnos... alumnos son, pero lo que que me escandaliza es que la Universidad y el profesor de "Gestión de servicios" lo hayan consentido. No doy crédito. Luz para los invisibles... apagón para la profesión.
    Comparto tu vergüenza y tu tristeza, querido Pedro.

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  2. Hace años, se dijo en una congreso que la profesión estaba en peligro de extinción...y no hicimos nada... :(

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  3. Creo que vuestra visión es desde la administración pubica en el mundo de las ongs el trabajo social se reinventa cada día porque cada día sumamos una labor más y añadimos nuevas formas de actuar adaptándonos a no tener recursos y a inventarnos soluciones que un día sirven y otro no. Hago labores administrativas también casos gestionó voluntariado enseño trabajo en equipo....me encanta ser trabajadora social

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  4. Comparto tu tesis compañero, pero a medias. El trabajo social que ha muerto es el de los Servicios Sociales públicos. El trabajo social en ejercicio libre está en plena expansión en nuestro país y en otros contextos, y en ese sector, se está reescribiendo una nueva identidad (o identidades) para la profesión.

    Comparto la opinión de Mª José Martín, la ONG siempre va por delante de la de administración, y hay innumerables evidencias de que se hace un buen trabajo social; no en todos los contextos de intervención ni zonas de España, pero el que existe ayuda a preservar la identidad profesional (cambiante).

    El problema es que nuestro trampolín al mundo profesional en España ha sido a través del "papá" Sistema público de Servicios Sociales, donde se encuentra empleado la mayor parte del colectivo profesional. Esto es un importante obstáculo para revertir la situación, pero no es imposible, hemos de emanciparnos.

    Ejerzo en Servicios Sociales hace 10 años y desde hace 6 en la práctica privada de la profesión como trabajador social clínico, y en base a mi experiencia, creo que un cambio es posible.

    Saludos cordiales a todas y todos.

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    1. Gracias a ambos por vuestros comentarios, pero creo que ese no es el tema. Ya he expuesto muchas veces mis convicciones al respecto, planteo de nuevo dos de las principales.
      No se puede desarrollar el Trabajo Social en España como profesión de una manera adecuada sin contar con un Sistema de Servicios Sociales fuerte y consolidado.
      Los problemas como profesión y como disciplina trasciende el ámbito público o privado donde se desarrolle. Saludos.

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  5. Yo hace ya unos años que perdí la esperanza en el trabajo social y me fui, apenado, por otros derroteros. Harto de que la universidad no sea un verdadero espacio crítico, harto de que la política y sus partidos (traducida en leyes de servicios sociales) nos utilice cuando le conviene pero después nos deje olvidados porque lo importante son "la sanidad y la educación", y harto de que cada vez se menosprecie más al sistema público y crezca el trabajo social neoliberal e individualista.

    Mucha culpa la hemos tenido nosotras/os, porque rara vez se verá una pancarta de trabajadoras/es sociales en una manifestación reivindicando derechos que vayan más allá de la "paguita". Pero nos hemos acomodado y para "los nuevos" sólo quedaba trabajar para una ONG "captando socios", uno de los trabajos más denigrantes que se ha inventado en estos tiempos.

    Al igual que la extrema derecha avanza en Europa, la "neo intervención" (que no es más que caridad/filantropía) va paralela, como estos casos que comentas de recogidas de ropa, alimentos y demás... o casos más graves como el 'Hogar Social' que sólo reparte a españoles blancos.

    En fin... creo que nos lo merecemos...

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    1. Relatos como el tuyo, de personas que han abandonado la profesión, desencantadas de la misma, son insoportablemente frecuentes. Todo un signo del problema que estamos refiriendo. Saludos.

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  6. Las y los que salimos de la Universidad hace menos de una década ni siquiera hemos podido ejercer... y sí, siempre quedan las ong donde todo es muy creativo y dinámico a la par que gratificante pero no nos engañemos, nuestra disciplina se difumina entre todo tipo de tareas...el método...me río yo del método... y si hablamos del tercer sector vemos con estupor cómo lo que aprendimos se ha sustituido por benedicios económicos y empresariales mientras que el usuario tiene un papel residual, por no entrar en detalles.
    Si no fuera porque sigo formándome cada día ya no recordaría qué es el Trabajo Social, el de los libros.
    Sí, el Trabajo Social que nos enseñaron probablemente tenga los días contados, y nuestro "nicho" repartido entre el resto de profesiones... pero hay un trabajo social que resiste, el de la calle, el del barrio, el de la implicación con el usuario más allá de la visita domiciliaria y el SIUSS. Ese es elvTrabajo Social que yo conozco y ese sigue vivo, además de ser muy necesario.
    Evolucionar y adaptarse es bueno, hagámoslo. En nosotras/os comienza el cambio.
    Estamos en una época dificil y le ha dado una cornada mortal al Estado de Bienestar, a los Servicios Sociales, a las políticas sociales, al empleo... no sabemos cómo salir de este atolladero y cuando más necesarios somos más palos nos estamos llevando.
    Dentro y fuera del sistema... unos dentro...otros fuera...y cada uno buscándose la vida como puede.
    Yo he dejado de mirarme el hombligo y he visto otros horizontes.
    El Trabajo Social es nuestra forma de ser y vivir... y eso seguirá siendo así para siempre... el nombre que tenga dentro de cinco o diez años... ya se verá.

    Muchos ánimos a todos y todas, seguirá vivo mientras viva en nosotros.

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    1. Tienes razón Gema. El riesgo de que nuestras funciones queden diluidas y repartidas entre otras profesiones es una de las cosas que más me preocupan. Por lo de demás me entristece que profesionales con tu claridad de ideas no hayan tenido la oportunidad de ejercer en estos años tan difíciles que os han tocado. Y lo de las ONG... mejor lo dejamos para otro día. Saludos.

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  7. Lamento disentir querido Pedro, aunque en el fondo creo que no disiento en absoluto. Mientras existan profesionales que crean en el cambio de las personas y de las instituciones la profesión no muere.
    Mientras el centro de la intervención sea el desarrollo de la persona en todos sus niveles y en todos los ámbitos y apuesten por ello, la profesión sigue teniendo sentido.
    Mientras acompañemos procesos y no expedientes, usemos la escucha o la empatía más que el Excel o el procedimiento administrativo, aun quedara esperanza.
    Mientras seamos capaces de escuchar, de empatizar, de acoger, de respetar ritmos y prioridades del otro, no seremos sustituibles, en esa danza no tenemos competidores a nuestro nivel.
    Mientras nos queden fuerzas para luchar creyéndonos que las personas son sujetos de derechos sociales, aunque nos sintamos tan solos en la batalla y tan tocados por la locura de que el cambio aun es posible como Don Quijote, habrá que mantener la esperanza.
    Mientras coloquemos la dignidad de la persona por encima de nuestros miedos a ser engañados o utilizados, de nuestro ego y nuestras propias necesidades y nos coloquemos en un tu a tu, de frente y buscando el objetivo común que nos haga caminar juntos con nuestros usuarios, aun podremos conectar con los valores que nos nutren como profesión para reencontrar la ruta y seguir caminando, aunque quizá no avanzando.
    Para avanzar necesitamos de la política y de la inversión en lo social.
    También de la universidad con su conocimiento y la transmisión de su espíritu crítico en contra de tendencias dominantes, en la calle y en las redes pero de las que se nutren nuestros jóvenes. Eso si lo echo de menos, el espíritu crítico que nace de la incomodidad por el sufrimiento del otro. Ese inconformismo propio de los jóvenes y que es capaz de provocar cambios….. ¿Dónde anda? ¿Cómo es posible que seamos los de más de cuarenta los que nos incomodemos con estas iniciativas? ¿Dónde está la rebeldía de la juventud y el germen de cambio que siempre ha supuesto la Universidad?

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    1. Nada que objetar a tu discrepancia, pero es verdad lo que planteas... Desde la Universidad las generaciones jóvenes deberían estar planteando iniciativas rebeldes, rompedoras, críticas y transformativas... y no esas rancias actividades asistencialistas, se decoren como se decoren. Saludos.

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  8. EL TRABAJOS SOCIAL ESTARA SIEMPRE AMENAZADO… PERO NO MORIRÁ,NUNCA
    Y no morirá porque hay muchos profesionales del Trabajo Social , que lo practican en cualquier de sus niveles de intervención ,individual familiar ,grupal,incluso comunitario¨; en lugares del tercer sector, instituciones privadas que cuentan con trabajadores sociales, incluso veo a diario, en mi entorno institucional inmediato , en los servicios sociales de atención primaria del Distrito de Ciudad Lineal ,del Ayuntamiento de Madrid, en un equipo excelente de trabajadoras sociales , que la responsabilidad ,la ética , el compromiso profesional, incluso el deseo del profesional , sostiene pese a todo ,una forma de entender el trabajo social, en la muy estrecha libertad que se puede tener de puertas para adentro de los despachos ,y fuera de ellos, basada en los principios clásicos de la profesión .Sí ,un trabajo social que en lo grupal o en lo individual familiar , toma en cuenta , la proximidad , la escucha, cuando resulta necesario la vinculación , el respeto y la dignidad , ese momento sagrado de incertidumbre con el que en muchas ocasiones no sin pocas resistencias, la persona accede a los servicios sociales de atención primaria, épica descifrar la tarea diaria de lo que nos llega ; los profesionales , vapuleados por infinitas multiaplicaciones informáticas, más pensadas para la aplicación ,que para los propios usuarios, se las ven y nos las deseamos entre farragosas e inoperantes reglamentos,protocolos ,ordenanzas,conevenios… sagrado pensar bien pensar , lo que al otro le pasa,co-comprender y ayudarles a entender a saber que está pasando , por donde tirar, si hay un lugar por donde tirar o el lugar está en él otro , en uno mismo …en ese espacio de encuentro ….necesario antes de pasar a la solución , al recurso,a la prestación , por no decir derivar a la deriva ,valorar bien , saber bien de qué se trata …Esto es el Trabajo Social , que a pesar de todo sobrevive , y al que yo me refiero…Nunca morirá , nunca ha muerto

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  9. Segunda parte ,disculpar mi dificultad en sintetizar
    Pero ello no es siempre necesario , claro que no ,pero entender que dar un espacio de atención y acogida ,a cada uno lo que requiera según el caso por caso, y confundir este proceso con poner en los despachos ,un Diván , no es más que alimentar , la enferma deriva a lo que la tendenciosa mirada de los técnocratas de la profesión ,los que defienden el todo vale , con tal de justificar lo injustificable ,llevan al trabajo social a lo que ha venido en llamarse “…la engañosa apariencia de banalidad de lo que pensamos y hacemos los trabajadores sociales” que ya planteaba M.Richmond en 1922 .Recomiendo aquí ,un artículo imprescindible para entender la necesidad de agarrarnos a nuestros territorios , cuidar la profesión como la institución no termina de cuidar a los profesionales ,lo escribe Alfonsa Rodriguez ,una imprescindible supermirada sobre nuestra profesión, que escribe en su artículo titulado “La Integración de diferentes dominios de explicación en Trabajo Social :recuperar y sonsolidar territorios”.Si creo entenderla bien , ella no habla de muerte del Trabajo Social , pero si nos pone en alerta de las perversiones que nos acechan ,y añado yo , en nombre de la innovación , de la masificación , de la ultragestión colectiva, anónima ,impersonal …Frente a las amenazas alas beunas prácticas profesionales, resistencia, supervivencia ,tenacidad ,también , formación ,supervisión ,reciclaje, estudio,lectura…En ese mismo artículo que menciono , otro estandarte de la profesión Teresa Zamanillo , tomo palabras suyas , sabias,para dirigirlas al momento histórico, ¿esperanzador aun ? en el que se desenvuelve el destino de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid , en general y de su disciplina profesional más representativa ,en los servicios sociales de ASP; el Trabajo Social en particular …Teresa Zamanillo , nos dibuja ya hace años, un escenario institucional , inmejorable para describir ,traerlo al momento actual , de un Ayuntamiento privilegiado como el de Madrid.Espero contextualizar bien la siguiente reflexión , por la relevancia que tiene una institución pública ,paradigmático como el de un Ayuntamiento como el de Madrid , para entender donde quiero llegar a propósito de la situación del Trabajo Social hace años y que hoy cobra una tremenda actualidad “…el trabajos social nos decía T:Zamanillo …se encuentra con un cierto vacío en su interior;en una situación de inquietud,insatisfacción y frustración muy importantes ,debido a una falta de filosofía o dirección que guía sus planteamientos metodológicos.Esta situación de crisis puedes ser un laberinto creador ,o puede conducir hacia la inercia del sistema fundamentado en la tecnocracia y la burocratización de sus funciones (2000:180)
    De aquí que reitere mi llamamiento desde el máximo respeto a los que dirigen a la Institución Municipal, los Servicios Sociales Públicos en particular , los políticos y los tecnopolíticos , para hacerles ver la necesidad de que deben hacer mucho más , por reconducir una institución que coloque en mejores condiciones de las que están , a los profesionales del Trabajo Social , sus recursos humanos,sus herramientas profesionales , medidas de cuidado profesional para queines están todo el dia cuidando de los ciudadanos ,adecuar más las instituciones a las necesidades de los ciudadanos , todo ello en beneficio de los ciudadanos madrileños …ellos ganarán y la profesión tendrá más y mejor vida .Disculpas por lo extenso de mis líneas, por conectar los males del trabajo social , desde mi concreto contexto en la ASP del Ayuntamiento de Madrid , y gracias al iniciador de este necesario debate

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    1. Pues no sé qué decirte, Juan Carlos, pues necesitaría muchas líneas para contestar a las cosas que planteas. Con algunas estoy muy de acuerdo, con otras no tanto, pero te agradezco enormemente que enriquezcas el debate con una aportación tan elaborada y reflexionada. Saludos.

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  10. Como estudiantes de Trabajo Social de la Universidad de Lleida nos escandaliza la noticia. Consideramos que hay conceptos qué deberían haber quedado claros en primero de carrera.
    Como estudiantes del mismo curso, no comprendemos como donde en una asignatura donde les dan libertad a los alumnos para hacer una actividad libre, elijan hacer esto en favor de la beneficencia y el asistencialismo.
    Nuestra profesión debería ser acompañar a las personas en el transcurso de sus dificultades, en vez de ser almas caritativas (pan para hoy, hambre para mañana).


    Atentamente, 3 estudiantes de Trabajo Social enfurecidas.

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    1. Me reconforta saber que hay alumnas a las que también esta noticia os escandaliza y os enfurece. Es un signo de esperanza para nuestra profesión. Y tenéis razón, la verdadera pregunta es porqué eligen los alumnos una actividad de este tipo, con un caracter benéfico y asistencial más propia de otros tiempos y formas de acción social. Algo está fallando en el plan de estudios de la carrera o en el cómo se está impartiendo... y tal vez esté influyendo también que muchos de los profesores no sean Trabajadores Sociales.
      Saludos y gracias por vuestro comentario.

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  11. Como alumnas de 3º de la Universitat de Lleida vemos este acto méramente asistencialista y benéfico. Nuestra profesión debería ser reivindicativa y crítica y no nos representa en absoluto como alumnos, al igual que las recogidas de alimentos, entre otras acciones del estilo.
    Por otro lado, no compartimos la opinión de que los servicios sociales son gestores de recursos ya que estamos haciendo prácticas en los mismos y vemos intervenciones a diario aunque hay gran cantidad de burocracia que cae en nuestras manos.

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    1. Me agrada que lo veáis así, así como el valor que dáis a la reivindicación y la crítica, vinculadas a los orígenes de nuestra profesión. Efectivamente, este tipo de iniciativas no nos representan en absoluto y nos hacen mucho daño en cuanto a imagen social.
      En cuanto a lo de convertirnos en gestores de recursos, sé que no podemos generalizar, pero es un riesgo evidente y una línea peligrosa que en muchos sitios ya se ha traspasado.
      Gracias.

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  12. Como estudiantes de Trabajo Social coincidimos en que las practicas ejercidas desde la Universidad a menudo no son las adecuadas. Se insiste en aprender como es el funcionamiento del sistema de Servicios Sociales, pero se olvida que el Trabajo Social va mucho más lejos.
    Necesitamos profesionales críticos no solo en el Trabajo Social, sino también en las Universidades. No podemos engañarnos, la mayoría de universidades no son un espacio de critica y de opinión, al menos no en todas las asignaturas.
    Olvidamos que el mayor recurso que tiene el Trabajador Social, es el recurso humano y esto es lo que debería trabajarse en el dia a dia de un TS, y sobretodo desde las Univesidades.

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    1. Creo firmemente que la Universidad debe ser un espacio de crítica, investigación y conocimiento, y que debe empujar nuestra disciplina. Que esta iniciativa haya surgido precisamente de la Universidad es un síntoma de que falta todavía mucho camino en este sentido. Gracias por tu comentario.

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  13. Andrea, Alba y Aleix16 de mayo de 2017, 9:09

    Des del mismo curso de Trabajo Social de la Universidad de Lleida, repudiamos pero no culpamos este comportamiento debido a que las limitaciones del sistema, concretamente el de Servicios Sociales, nos obliga ir a veces rebufo con actos como este. Pero si algo caracteriza la naturaleza de la profesión del trabajador social, es la reivindicación ante todas estas carencias estructurales.
    Estamos dejando de lado muchos aspectos importantes para centrarnos estrictamente en lo económico (que es lo que predomina en la sociedad). Debido a esto algunos se limitan al asistencialismo.
    Situaciones y notícias como estas son las que nos impulsan y nos motivan a la reflexión y movilización como futuros trabajadores sociales.

    Lucha y trabajo social.

    A.A.A.

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    1. Bueno, yo no suelo culpar a nadie, pero creo que cada cual tiene que asumir sus responsabilidades. Tal vez los alumnos impulsores de la actividad sean quienes menos tengan. Pero hay una responsabilidad clara en quien tiene que formar a esos alumnos y también en los profesores que, por acción u omisión, fomentan esas iniciativas como digo, más propias de siglos pasados. Tal vez también tengamos alguna responsabilidad los profesionales que estamos ejerciendo, que hemos consentido en demasiadas ocasiones, e incluso hemos participado sin denunciarlas, iniciativas parecidas. Por lo demás, estoy de acuerdo con el abuso del asistencialismo y el centralismo de lo económico, cuando hablamos de intervención social.
      Os doy las gracias por vuestro comentario y por mantener una actitud reflexiva y crítica ante estas situaciones. Es esperanzador.

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  14. Creo que cada vez somos más los y las preocupadas por la intervención social, por trabajar el cambio efectivo. Interesados en crear herramientas que ayuden en la recogida de información facilitadora del diagnóstico, en organizar las atenciones del SAD o crear instrumentos que calculen sus intensidades.
    Efectivamente creo que el TS está vivo, muy vivo, pero es preciso seguir trabajando. Yo lo entiendo más como una forma de vida. Me encanta mi trabajo.
    Animo compañeras y compañeros poco a poco iremos mejorando.

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    1. Gracias por comentar. Admito cierta preocupación por la intervención social entre la profesión, aunque aún me parece insuficiente... Lo que sí creo es que en la elección de las herramientas estamos cometiendo errores de bulto. Saludos.

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  15. No es que me parezca preocupante, lo es, más viniendo de la universidad, pero seamos sinceros, en el Trabajo Social siempre ha existido está pasión por lo asistencial que en la mayoría de los casos no deja de ser si no caridad. No entiendo este alarmismo, siempre ha estado ahí y en tiempos de dificultades económicas siempre es más fácil que surjan este tipo de iniciativas y el verdadero Trabajo Social se vea sacudido por el asistencialismo. El maltrecho Estado del Bienestar Social hace pensar precisamente en el fin de esa profesión, pero nada más lejos de la realidad. La reivindicación, la constancia y la lucha diaria es sinónimo de Trabajo Social. El acomodo de muchos profesionales empeora la situación, pero no pensemos en ello como reflejo del Trabajo Social sino en todo lo que se puede hacer con pocos recursos bien gestionados. Profesionales hay, la organización es la base fundamental que mantiene la unidad y con ello la permanencia.

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    1. Creo que ese es un debate pendular entre lo asistencial y lo promocional y tienes razón en que tal vez en los últimos años, con la crisis, el péndulo esté inclinado hacia lo primero. Discrepo de lo de la pasión asistencial... propia tal vez de quien se haya acercado a la profesión de una manera digamos más pasional que científica. Mi alarmismo no tiene que ver con esa dialéctica de profesión en crisis como consecuencia de la crisis del Estado de Bienestar. Si sólo fuera eso no me preocuparía. Me preocupa más bien que como profesión no estamos encontrando nuestro sítio ni estamos respondiendo adecuadamente a los retos de la sociedad actual, algunos de los cuales no estamos ni siquiera viendo, afanados como estamos en lidiar contra molinos que no nos corresponden y perdiendo nuestro espacio profesional fagocitados por otras profesiones. El Trabajo Social, claro que permanecerá... una disciplina es mucho más que el ejercicio histórico de la misma, pero se hará de contrabando. Saludos y gracias por tu comentario.

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  16. Somos estudiantes de la Universidad de Lérida y creemos que es trabajo de todos, de los presentes profesionales y de nosotros, los futuros trabajadores sociales, tener en cuenta el trabajador social como un recurso y no como personal administrativo.
    Desde nuestro punto de vista creemos que sí que hay profesionales que van más allá de una tarea burocrática y asistencialista, abarcando la problemática social teniendo en cuenta todos los aspectos de la persona.
    Desde la sociedad pensamos que no se le da la importancia que se le tiene que dar a esta profesión, no se nos tiene en cuenta.

    Esta iniciativa lo único que hace es tapar el problema y no visibilizarlo. No creemos que sea la solución ni un posible cambio

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    1. Me alegra mucho que, ya desde estudiantes, tengáis claras algunas cosas y os sintáis co-responsables de la profesión como futuros trabajadores sociales. Los vientos empujan la profesión hacia lugares muy inadecuados, os va a tocar a vosotros sujetar el timón con fuerza y tener claro hacia donde navegar es el primer paso. Gracias por acercaros a mi blog.

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  17. - Está claro que los y las profesionales del trabajo social deberían hacer autocrítica respecto a las prácticas llevadas a cabo que son, al fin y al cabo, las que dan a conocer de lleno lo que es realmente el Trabajo Social. Si preguntamos a la gente de a pie, probablemente tenga una idea muy equivocada o sesgada por opiniones ajenas de lo que hacen realmente los profesionales, aludiendo al “paquete de comida” o a “paguitas”.
    Sin embargo, hay que destacar que la falta de recursos es uno de los problemas principales que ha acabado convirtiendo la figura del profesional en un engranaje más del sistema burocrático, impidiendo que se lleven a cabo otro tipo de intervenciones.
    Respecto a la noticia, habría que empezar por la falta de responsabilidad de profesor que permitió realizar semejante actuación asistencialista que nada tiene que ver con el trabajo social.

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  18. Nuestra profesión debería ser exigente y crítica y no nos representa en absoluto. Por otra parte, no estoy de acuerdo con la visión que los servicios sociales porque hablando con propiedad en los lugares donde pude hacer prácticas en el ciclo vi intervenciones cada día, aunque mucha burocracia cae en nuestras manos.

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  19. - Está claro que los y las profesionales del trabajo social deberían hacer autocrítica respecto a las prácticas llevadas a cabo que son, al fin y al cabo, las que dan a conocer de lleno lo que es realmente el Trabajo Social. Si preguntamos a la gente de a pie, probablemente tenga una idea muy equivocada o sesgada por opiniones ajenas de lo que hacen realmente los profesionales, aludiendo al “paquete de comida” o a “paguitas”.
    Sin embargo, hay que destacar que la falta de recursos es uno de los problemas principales que ha acabado convirtiendo la figura del profesional en un engranaje más del sistema burocrático, impidiendo que se lleven a cabo otro tipo de intervenciones.
    Respecto a la noticia, habría que empezar por la falta de responsabilidad de profesor que permitió realizar semejante actuación asistencialista que nada tiene que ver con el trabajo social.

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  20. Después de leer su articulo he llegado a la conclusión he llegado a la conclusión que el trabajo social, como profesión, se ha burocratizado ampliamente, transformando a los trabajadores sociales en oficinistas que solo trabajan con papeleo, cosa que no solo hace retroceder a la profesión, sino que, además, no sigue el ejemplo de los antiguos trabajadores sociales.
    Soy un estudiante de la UDL, gracias por su respuesta.

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  21. Buenas tardes, soy estudiante en el grado de Trabajo Social en la Universidad de Lleida. Después de haber comentado este blog en clase me gustaría aportar que, tanto en este como en muchos ostros cambios sociales, se espera que todo se arregle con la educación de las futuras generaciones a veces sin tener en cuenta que para ello se necesitan profesionales que estén de acuerdo con este cambio. Con esto me gustaría decir que tal vez el cambio no tendría que empezar en las aulas, sino que debería empezar por todas esas personas que se dan cuenta del error que se está cometiendo y en base de ello después, poder reflejar ese progreso en los futuros Trabajadores i Trabajadora Sociales que actualmente se están formando. Con esta reflexión no me gustaría culpabilizar a nadie, claro esta que cambiar una conducta de trabajo establecida conlleva su tiempo y por eso creo que es responsabilidad de todas y todos obtener los resultados que ahora anhelamos.

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    1. Os respondo a los últimos comentarios. En primer lugar, os agradezco a los estudiantes del grado que estéis comentando en este blog, que sólo pretende favorecer reflexiones conjuntas respecto a lo que creo que son los principales problemas de nuestra profesión.
      Creo que es importante diferenciar el Trabajo Social como disciplina, como profesión, y en relación a los principales contextos donde la profesión se desenvuelve.
      Los problemas que señalo tienen poco que ver con la disciplina, que creo apasionante y necesaria. Más bien tienen que ver con las dificultades que el Trabajo Social como profesión ha tenido para situarse adecuadamente ante la deriva de asistencialismo y burocracia en la que el Sistema de Servicios Sociales ha caido en las últimas décadas.
      La estructura, organización y funciones del Sistema de servicios Sociales está impidiendo hoy que en el seno del mismo se desarrolle un auténtico Trabajo Social, que sí puede hacerse en otros contextos.
      Recuperar ese espacio dentro del Sistema supone una transformación total del mismo, que el Trabajo Social debe liderar.
      Para ello es necesario que las nuevas generaciones de estudiantes adquieran a través de la Universidad y posteriormente una formación muy sólida que fundamente un compromiso importante para asumir ese liderazgo y transformar el sistema.
      No es un reto menor, pues hablamos de una función social importantísima que tiene que ver con la protección social.
      Ánimo a todos/as los que os estáis formando actualmente. Ojalá encontréis el camino para lograr esa transformación.

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  22. Jorge-UDL
    Es cierto que cada vez mas el trabajador social se encuentra atrapado en un sistema burocrático el cual solo le permite analizar las características de cada caso para ver si el usuario es apto o no para cualquier ayuda o prestación.
    Muchas veces las capacidades y la voluntad del trabajador social se ven limitadas por el sistema al que pertrenecemos que hace que simplemente seamos analistas de diferentes casos, con el peligro que esto conlleva, es decir, dejar de lado la empatía con el usuario y el feedback.
    Es necesario que los trabajadores sociales sean capaces de anteponer la persona al trabajador para así poder crear una buena relación con el paciente.

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    1. En Servicios Sociales los contextos terapéuticos (que implican elementos como el diagnóstico, la prescripción...) han sido sustituidos por los meramente evaluativos (comprobación de requisitos y asignación de recursos). Las razones son muchas, algunas de ellas las he abordado en diferentes entradas de este blog.
      El asunto es que el Trabajo Social en Servicios Sociales sólo tiene sentido si se ocupa de esos contextos terapéuticos, y no de los segundos, a los que ha sido relegado. Los contextos evaluativos pueden desarrollarse por otros profesionales (y seguramente lo harán mejor) que desde el Trabajo Social.
      Saludos y gracias por comentar.

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