lunes, 13 de octubre de 2014

Más virus (1ª parte) "El día después de mañana"



Creo que el Sistema de Servicios Sociales se encuentra enfermo. Enfermo de gravedad. Y creo que la razón son los virus. Nuestro sistema se encuentra infectado por unos cuantos virus mortales que ponen en grave riesgo su supervivencia.



Si en el caso de los organismos biológicos los virus son agentes microscópicos que invaden sus células, en el caso de una organización social los virus son ideas, creencias o valores que poco a poco van determinando la manera en la que ésta desarrolla su función.


En ambos casos se trata de entidades no excesivamente complejas. Si la estructura de un virus es bastante simple, compuesta de dos o tres partes, la estructura de las ideas infecciosas tampoco es muy elaborada. Suele ser un mensaje claro y que no requiere mucho análisis para su comprensión.


Del mismo modo tanto los virus como las ideas tienen sus propias vías de transmisión y en muchas ocasiones es difícil identificarlas. Si no se está muy atento, uno puede infectarse con mucha facilidad.

Y la más importante coincidencia. En las dos situaciones el objetivo es colonizar el organismo por entero, lo cual frecuentemente acaba produciendo la muerte del mismo.

Os cuento los que creo que son más peligrosos.

  • La principal función de los Servicios Sociales es garantizar la supervivencia y erradicar la pobreza.

En este caso la vía principal de transmisión, aunque no la única, ha sido la crisis económica. Y en cuanto a los efectos, absolutamente devastadores. Hoy muchos servicios se encuentran desbordados atendiendo demandas cuyo contenido es exclusivamente económico, sin poder acometer otras tareas y funciones.

Este virus, en forma de mandato social y político, nos ha llegado y no hemos sabido hacerle frente. Y así se ha ido construyendo nuestra principal función en estos momentos: proveer de dinero a la gente que lo necesita. Insatisfactoria, ingente e ineficaz tarea.

Como digo, el virus tuvo un mandato político. Ya he recordado en otras ocasiones cómo varios políticos plantearon la tesis de que no importaba recortar, reducir o eliminar las prestaciones por desempleo, puesto que podían ser fácilmente sustituidas por las prestaciones de servicios sociales, “que para eso estaban”.

No abundaré más en los múltiples problemas que todo ello ha traído a los servicios sociales. Estigmatizaciones, presiones, acusaciones de ineficacia…

¿El tratamiento? Difícil, pues pasa por comprender que el derecho a la supervivencia no puede ser garantizado por un único sistema. Es competencia de todos los sistemas públicos de protección social el garantizarlo (sanidad, educación, vivienda, empleo…). Ni tan siquiera políticas sectoriales en cada uno de ellos podrían conseguirlo. Deben estar complementadas por amplias políticas universales de garantía de rentas e ingresos.

Si estamos condenados a ser el Sistema de los pobres es que la infección no tiene ya remedio. La inminente vuelta a la beneficencia certificará la defunción del Sistema de Servicios Sociales.

(continuara...)

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