sábado, 28 de julio de 2012

La rana y el escorpión

    Los que se dedican a la política se han convertido en el blanco de las iras de la maltratada ciudadanía. Si el ejercicio de la política estaba ya bastante desprestigiado, últimamente se tiene la percepción de que los políticos se han convertido en un problema para la sociedad. 

     
     Wang, al que algo le ha debido pasar en su estancia de vacaciones en China, porque ya os he dicho que ha vuelto con su vena de sanguinario Tai-Ping bastante descontrolada, me ha recordado la fábula del escorpión y la tortuga, que para él ilustra las relaciones entre la sociedad y los políticos. Os cuento su versión:



Cuenta una fábula oriental que un día un escorpión quería cruzar un estanque y como no sabía nadar solicitó a su ayuda a una rana que había cerca.
-Por favor, rana, déjame cruzar el estanque subido sobre su espalda. – dijo el escorpión.
-¿Como se que si te dejo subir sobre mi espalda no me picarás y moriré? – respondió la rana siendo consciente del letal veneno que emponzoña la cola del escorpión.
-Prometo no picarte. – respondió el escorpión algo ofendido ante la pregunta de la rana. – porque si te pico nos ahogaremos los dos.

De acuerdo – Finalizó la rana. – Te ayudo porque esa es mi naturaleza.

Así que el escorpión subió sobre la espalda de la rana y comenzaron a cruzar el estanque. Cuando estaban en medio el escorpión picó con su cola a la rana, y mientras esta empezaba a notar los efectos del veneno le preguntó al escorpión:

¿Por qué me has picado? – preguntó con un hilo de voz mientras se comenzaba a ahogar. – Ahora nos ahogaremos los dos.
No puedo evitarlo, le respondió el escorpión, es mi naturaleza.
Por mi parte, me cuesta pensar que semejantes actitudes estén en la naturaleza de la política, pero entiendo que haya mucha gente que así lo piense.

Creo que son muchos los factores que han llevado a esto. Seguramente hay algunos injustos, como por ejemplo que se utilicen de chivos expiatorios, o que se generalice bajo la denominación de “político” realidades muy dispares: desde el concejal o alcalde que intenta gestionar su pueblo de 100 habitantes hasta un ministro o presidente de alguna gran administración o institución, pasando por asesores, cargos de libre designación y responsables varios en los partidos políticos. Sin embargo, habremos de reconocer también que ha habido demasiados casos, tanto en las altas esferas de la política como en las más terrenales, donde el ejercicio de la política ha sido bastante poco ejemplar.

Por mi parte, llevo trabajando en la Administración Pública, gestionando Servicios Sociales, más de 20 años. Ello me ha permitido conocer muchas personas dedicadas a la política y he presenciado magníficas gestiones de servicios públicos junto a verdaderas barbaridades (a veces bienintencionadas y otras no tanto) que han malempleado mucho dinero público y/o deteriorado servicios fundamentales. Lamentablemente estamos sufriendo actualmente a nivel estatal muchos ejemplos de ello.

 Por otra parte, con demasiada frecuencia, los políticos exhiben actitudes que no les hacen precisamente simpáticos ante la ciudadanía. Desde la prepotencia  (vease el  caso Fabra  -la hija, no el padre-)   hasta el narcisismo (vease el caso Fabra -el padre, no la hija-), pasando por las múltiples descalificaciones que dedican a diferentes colectivos (los cafelitos de los funcionarios, por ejemplo).


Es urgente por tanto una regeneración de la actividad política, para lo cual creo que hace falta una reforma en profundidad de muchas estructuras. Tal vez hablemos en posteriores entradas de las que considero imprescindibles. A modo de apunte:
- los partidos políticos, que con frecuencia favorecen esas actitudes narcisistas y prepotentes entre sus afiliados y donde la democracia real y participativa está cada vez más alejada.
- la burocracia, en términos de Max Weber, humanizando el poder y transformando las relaciones entre el triángulo políticos-funcionarios-ciudadanos, pasando de la jerarquía vertical a la cooperación.
- el modo de ejercicio político, que se ha ido haciendo desde motivaciones cada vez más profesionalizadas, relegando la voluntariedad, la gratuidad y la generosidad.
- la participación de los ciudadanos en la democracia, que no puede verse limitado únicamente a ejercer el voto cada cuatro años.


Si no se abordan estas reformas, el riesgo de que nos pase como en la fábula de Orwell, "Rebelión en la granja", donde los cerdos se rebelan contra los humanos que los explotaban pero terminan imponiendo una dictadura, es demasiado alto. Aunque las fábulas sólo son eso, fábulas.

sábado, 21 de julio de 2012

Cuentos chinos

    Además de los que me cuenta Wang, hay otro tipo de cuentos chinos. Un cuento chino se define por la RAE como embuste, es decir, una mentira disfrazada de artificios. No son por tanto simples engaños o sencillas trampas, sino construidas e ingeniosas historias urdidas para disimular la realidad. 
     Ayer por la noche, mientras cenábamos juntos por primera vez tras las vacaciones y le ponía al día de los últimos acontecimientos "recorteriles", hablaba con mi amigo y mentor sobre el montón de cuentos chinos que nos están contando últimamente nuestros gobernantes para justificar sus injustificables decisiones, y sobre si somos capaces o no de identificarlos todos. 
   En especial, le decía, hay unos cuentos que me resultan especialmente dolorosos, y son aquellos mediante los que los políticos nos intentan argumentar sus recortes en los servicios públicos de protección social.
  Dentro del imaginario neoliberal que nos invade, los servicios públicos son tildados de ineficaces, supérfluos y directamente prescindibles, utilizando para ello argumentos que no se sostienen a poco que se tenga un poco de información. Racionalizar, por ejemplo, es el cuento chino con el que se disfraza el verbo recortar. "Vamos a ser más eficaces y eficientes" es el cuento chino con el que se intenta ocultar que lo que van a hacer de verdad es privatizar servicios públicos y dejarnos a todos más pobres y con menos derechos.   
   Y no deja de ser una paradoja que quienes están planteando todo esto se definan como políticos. Al fin y al cabo la política, también según la RAE, es la actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos. A este paso se van a quedar sin nada que regir.
   Wang, que a veces se pone radical (no en vano formó parte de los Tai-Ping, los sanguinarios rebeldes en la insurrección de Shanghai contra los manchues) me planteaba una propuesta.
    Segun él, deberíamos prohibir a los políticos que nos gobiernan el uso de ningún sistema de protección social que no sea público.  En sanidad, educación, servicios sociales, y hasta en seguridad. Si se ponen malitos ellos o sus familiares cercanos, que tengan que ir al Centro de Salud de su barrio o su pueblo. Si tienen que escolarizar a sus hijos, naturalmente, al Colegio que se les asigne según su domicilio o trabajo. Si algún familiar tiene problemas de autonomía, que solicite en su Centro de Servicios Sociales la valoración y servicios que la Ley de Dependencia (o lo que queda de ella)prescribe. Les quedarían vetados el acceso a cualquier hospital, médico, educación o servicio social privado, siendo incompatible el acceso a éstos con el ejercicio de la política a cualquier nivel, desde los más altos cargos de la nación hasta el último concejal del pueblo más pequeño. Entonces cambiarían las cosas, sentenciaba Wang.
    Calmada la vena insurrecta de mi amigo y de vuelta a su calmado ejercicio de filósofo, me decía que tal vez pudiera hacerse (ahora que los bancos lo han puesto de moda con eso de la dación en pago), como en una  especie de pacto, en el que los políticos que quisieran se comprometieran a ello. Ello permitiría que se viera claramente quien es quien, con qué intereses gestiona o pretende gobernar lo público. Sería algo así como un compromiso de buenas prácticas.
    Yo no tengo tan claro que algo así pueda hacerse, pero sí me parece que, o se hacen cosas parecidas, o la política se va a convertir toda ella en un cuento chino. 

domingo, 15 de julio de 2012

La aridez de los Monegros

     Al final eso del cambio climático va a ser cierto, pues este mes de Julio está resultando de lo más "calentito". Yo también pienso que es mejor dejar pasar un tiempo para comentar algunas de las noticias que nos están animando la canícula, pero es que desayunarse un domingo con la noticia de los recortes de personal en el Centro de Servicios Sociales (comunitarios, generales, de atención primaria o no sabemos ya muy bien qué) de la Comarca de los Monegros ha sido demasiado duro y como ya sabéis que Wang todavía sigue en su país, no tengo más remedio que comentarlo aquí.
    Es una noticia sobre la que merece la pena reflexionar en profundidad. Supongo que en los próximos días podremos recabar más información y saber qué ha pasado y como se ha pertrechado semejante felonía.
     De momento lo publicado no tiene desperdicio. Tristemente no es sino la consecuencia de un modelo de Servicios Sociales Generales sobre el que creo que tenemos que hacer autocrítica. No quiero ponerme agorero, pero siento que en la última década hemos perdido una oportunidad de oro para asentar en unas bases sólidas el modelo de atención social en esta Comunidad Autónoma y ahora no nos queda más que asistir a su deterioro. Todo lo que está pasando en el Ayuntamiento de Zaragoza, ahora semejante recorte en esta comarca que comentamos... no son sino la expresión del abandono y desinterés de nuestros gobernantes por el Sistema Público de Servicios Sociales.
   Un sistema que ha dado cabida a una forma de organización en esta comarca basada en una pseudo-privatización (no se muy bien como llamarlo) que ha dejado a sus servicios sociales en manos de una fundación. Un "invento" del que ahora se descubre su verdadera cara y la verdadera intención con la que se creó.
    Un sistema descoordinado, confuso, con una legislación tibia, a veces contradictoria. ¿Cuantos años venimos reclamando una Ley Marco de Servicios Sociales, o en Aragón un Decreto de Servicios Sociales Comunitarios, que definiera servicios, prestaciones, funciones, competencias, ratios...? Ahora casi prefiero que se olviden.
    Un sistema cuyas directrices las toman políticos como este presidente comarcal, que dice que las demandas en su Centro de Servicios Sociales "han disminuido porque cada vez más gente se lleva a sus mayores a casa para cuidarlas, porque están en el paro o para cobrar su pensión". La frasecita y el argumento se las traen ¿eh?. Cuesta creer que políticos con semejante nivel de análisis y reflexión estén dirigiendo servicios para sus ciudadanos.    
   En fin, no será la última, seguro. Quedamos a la espera. Mientras tanto, envío desde aquí un cariñoso abrazo de ánimo a las trabajadoras  que van a sufrir ese recorte suplementario que les van a imponer desde la Comarca de los Monegros.

sábado, 14 de julio de 2012

Ideología y motivos

    Acabo de volver de vacaciones. Han sido unos días de desconexión relativa, puesto que nuestros gobernantes se han encargado de aderezarlos con su sistemático y premeditado desmontaje de nuestro sistema de bienestar social. Así que, a la vuelta, es dificil no hablar de las últimas decisiones que han tomado al respecto.
    Wang además todavía no ha vuelto de sus vacaciones, con lo cual no tengo a nadie con quien hablar de semejantes tropelías y que se me pase un poco el cabreo. Disculpadme si utilizo el blog para ello.
     Las medidas y los recortes concretos atacan, una vez más, a los más desfavorecidos de la sociedad. Es espeluznante asistir a semejante espectáculo, con nuestros gobernantes (y un montón de palmeros, que es más triste) justificando lo injustificable.
     Coincido con Joaquín en una de sus última entradas en su blog. Naturalmente que los recortes son ideológicos. Como muestra, nuestro presidente del gobierno argumenta que la rebaja del 60% al 50% en la percepción de la prestación por desempleo se hace para incentivar la busqueda activa de empleo. Y se queda tan ancho. Más allá de la desfachatez del argumento, o de que se nos tome por imbéciles al pretender que nos lo creamos, quiero comentar lo que me parece que hay detrás de semejante afirmación.
    En el fondo, creo que semejante argumentación responde a una determinada visión de la dialéctica social. Consideran que el desempleo no es un problema estructural, sino individual. Si estás en paro es porque no estás suficientemente preparado, o porque eres un vago y "no buscas activamente empleo". Las prestaciones por desempleo, por tanto, desactivan la busqueda de trabajo de la gente, y son por tanto prescindibles. El concepto de protección social queda así reducido a su mínima expresión, pues los vagos no merecen protección.
     Yo no salgo de mi asombro de que gente con semejante visión del mundo nos esté gobernando, pero lamentablemente no es la primera vez que me topo con estos argumentos. He conocido a muchos políticos con actitudes parecidas, que cuestionaban con argumentos parecidos no ya las prestaciones por desempleo, sino las prestaciones de acción social. Os contaría mil y una anécdotas, pero seguramente vosotros tendréis muchas parecidas. Lo más triste es que ahora, toda esta gente nos está gobernando y dirigiendo la política social. Gente como la que se permite lanzar en el parlamento ese "que se jodan", que no comentaré porque aún no me he sobrepuesto.
    Esa visión del mundo, en la que en el fondo piensan que el que tiene problemas es porque se lo merece, es lo que les permite realizar los recortes que están realizando en la protección social a los desempleados, dependientes, pensionistas, excluidos...  sin que les tiemble la mano o la conciencia. Y es lo que justifica, para ellos claro, el que el Estado abdique del concepto de protección social. No estamos en una crisis económica, como bien vienen demostrando muchos autores. Es una crisis de valores, donde se está imponiendo una determinada ideología.
    Tenemos por tanto motivos para estar cabreados. También los tenemos para estar tristes. Y quiero pensar que también tenemos motivos para la esperanza. Y como los tenemos, iremos a la concentración de la Marea Naranja del próximo jueves. Porque no nos podemos quedar callados ahora.






viernes, 6 de julio de 2012

Pausa por vacaciones

     Wang y yo nos tomamos unos días de descanso. Vamos a aprovechar para reflexionar. Él se marcha a su país, a retomar fuerzas para seguir interpretando estos Servicios Sociales tan extraños para él como China para mí.
     En cuanto a mí, tengo que pensar qué hago con este blog. Me parece que un blog es una excelente forma de comunicación, pero siento que tengo mucho que aprender todavía de este mundo digital. Contenidos, instrumentos, estilo... Están todavía por perfilar y definir.
Por otro lado, escribir en un blog es una manera de exponer ideas, reflexiones.... que en principio era el objetivo. Pero también tiene que ver con exponerse, y eso a veces me resulta difícil o incómodo.
Por lo demás, me identifico con la metáfora que utiliza Joaquín Santos en su blog (por cierto, felicidades por este año de presencia tan enriquecedora para todos en la red) sobre el hecho de que escribir en un blog es como lanzar mensajes dentro de una botella. Uno duda de que los lea alguien y si es el caso, que le resulte interesante o sugerente lo que pretendes comunicar.
Coincido también en las reflexiones que hace Belén Navarro en el suyo, sobre todo en que la voz de los trabajadores sociales es hoy, más que nunca, necesaria. (Felicidades también, Belén, por el año y por transmitir tanto respeto y cariño por nuestra profesión).
    A mí, de momento, esto de escribir me está sirviendo. Y creo que ya es bastante.
    Feliz verano a tod@s y hasta la vuelta.

martes, 3 de julio de 2012

El año del Dragón


Tener a Wang de consejero es algo extraño. A veces pienso que, como es chino, no entiende de verdad nuestra cultura y sus orientaciones me parecen auténticas sandeces. En otras, me sorprendo de su acertada visión y de sus afiladas opiniones. La mayoría de las veces me fío de él y le hago caso, pues he aprendido que suele tener razón.
El otro día me explicaba que según el calendario chino estamos en el año del Dragón, que comenzó el 23 de enero y durará hasta el 9 de febrero de 2013. Me contaba que en Oriente el Dragón es considerado una criatura mágica, un ser mitológico. Es un símbolo de buena fortuna y poseedor de un gran poder. Para los chinos es un buen año, e incluso estadísticamente, en los años de dragón hay más nacimientos, pues es normal que los padres prefieran esperar un año para tener el hijo en el signo del dragón. 
Por mi parte le planteaba la paradoja de que, estando en un año tan propicio y positivo, estemos viviendo unos meses tan convulsos y confusos, donde la crisis nos está golpeando con tanta injusticia. Entonces Wang me contó la siguiente historia:

     Una hija se quejaba a su padre  acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo  hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de  luchar.   Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía  otro.


     Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo.  Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua  de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó  huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir  palabra. 


     La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría  haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego.   


     Sacó las zanahorias y las colocó en un recipiente. Sacó los huevos  y los colocó en otro. Coló el café y lo puso en un tercer  recipiente. 


     Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?".  "Zanahorias, huevos y café", fue su respuesta. 


     La hizo acercarse y  le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas.     Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara,  observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras  disfrutaba de su rico aroma. 


    Humildemente la hija preguntó: "¿Qué  significa esto, padre?". Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado  la misma adversidad: ¡agua hirviendo!, pero habían reaccionado en forma diferente. 


     La zanahoria llegó al agua siendo fuerte y dura. Pero  después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de  deshacer. 


     El huevo había llegado al agua siendo frágil. Su cáscara  fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su  interior se había endurecido. 


     Los granos de café sin embargo eran  únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al  agua. 

     "¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?. ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?" (*)


        

     No sé muy bien porqué, pero saber que estamos en el año del Dragón y esta historia que me contó Wang han hecho que ande estos días de mejor humor. 

 

 

(*) Tomado del libro “La culpa es de la vaca de los autores Jaime Lopera Gutiérrez y Marta Inés Bernal Trujillo (Editorial Intermedio).