miércoles, 29 de mayo de 2013

Mierda de fábula.

¡Buf! Vaya final de curso. Agobios por todos los lados. Nuestra profesión, vapuleada. Los servicios sociales, amenazados. Muchas personas llegando a situaciones insostenibles. ¿Pero cuándo vamos a ver un poco de luz?


Esta era la pregunta que le hice a Wang el otro día. Y esto es lo que me contestó:

         «Los instructores de natación que enseñan a evitar ahogarse han aprendido que la gente se ahoga cuando teme el agua y pugna por mantenerse fuera de ella. Si se atreviera a sumergirse, descubriría que puede flotar sin peligro alguno, respirar cómodamente y relajarse por completo. El esfuerzo por impedir que el agua nos engulla es agotador y, en última instancia, fatal.» (*)

  • Para no variar -le contesté- no te entiendo. ¿Estás sugiriendo que nos dejemos llevar?
  • No exactamente -replicó-, tal vez lo entiendas mejor con una fábula.
  • ¡Una fábula! Hace tiempo que no me castigabas con una historia de las tuyas.
  • Si lo prefieres, me la guardo. - Me dijo frunciendo el ceño y a punto de enfadarse-
  • No Wang, estaba bromeando. Disculpa. Adelante con esa fábula.
  • De acuerdo, se llama la fábula del pollo, la zorra y la vaca.
 
"Iba un pollito amarillo por el campo tan feliz, caminando y cantando pío, pío, cuando por el camino se cruzó con una zorra que inmediatamente se puso a perseguirlo para devorarlo.

El pollito, desesperado, se puso a correr de un lado a otro mientras la zorra iba detrás de él. En un momento que pareció que la dejaba atrás, el pollito se encontró con una vaca.

- Vaca por favor, ayúdame. Una zorra me persigue y me quiere comer.

- No te preocupes, pollito. Ponte detrás de mí y quédate quieto.

Y en ese momento le echó una gran plasta de mierda encima, quedando el pollito cubierto por completo.

A continuación llegó la zorra.

- ¿No habrás visto un pollito por aquí, verdad? 

 Como es habitual, la vaca no dijo ni mu, pero en ese instante el pollito, que no podía más con el olor, sacó la cabeza y con un gran PIO descubrió su escondite.

Naturalmente, la zorra se lo comió."

  • ¿Y ya está? -le dije a Wang- ¿Pero qué mierda de fábula es ésta?
  • Espera, faltan las moralejas. Porque esta historia tiene tres moralejas:

  Primera:  No todo el que te llena de mierda es tu enemigo.

  Segunda: No todo el que te saca de la mierda es tu amigo .

Y la más importante:  cuando estés de mierda hasta el cuello no digas ni PÍO.

Y eso es lo que hice, no decir nada.


(*) Wang me ha confesado que ha tomado esta metáfora de uno de sus autores favoritos. Frank Pittman, de su libro "Mentiras Privadas". Editorial Amorrortu. (1994) Buenos Aires.



viernes, 24 de mayo de 2013

Lamentablemente... ¡más violencia!.

No suelo publicar más de una entrada a la semana, pero esta vez creo que es necesario. La noticia de la que acabo de enterarme me ha removido las entrañas: una compañera de Vizcaya, educadora social, ha sido agredida de forma salvaje por una de las personas con las que trabajaba. 

 

Me gustaría que mi blog tuviese otro tono ultimamente, pero es que estas noticias sobre compañeras asesinadas y agredidas me golpean de una manera que no puedo hacer otra cosa que intentar difundirlas.

Recientemente he publicado dos entradas sobre la violencia, a raiz del asesinato de dos compañeras, una argentina y otra uruguaya, Celia Vicari y Marisel Luis. Todavía impactado por la última de ellas, me entero de esta otra noticia

No se trata de una trabajadora social, pero naturalmente da igual. Es educadora social, una de esas profesionales con las que trabajamos codo con codo para desarrollar nuestra labor. Parece que trabajaba en un programa de rehabilitación de drogas y había comunicado a uno de sus usuarios, un joven de origen magrebí, que tenía que abandonar el piso de acogida en el que estaba al saltarse las normas. Éste reaccionó de forma salvaje, atacándola con un cuchillo y violándola.

Sirve para esta noticia todas las reflexiones que hice para las anteriores, pero en especial las que desarrollaba en la primera de ellas: es necesario una reflexión seria y profunda sobre la violencia hacia nuestra profesión (y otras afines) y nuestro modo de protegernos y prevenirla.

Me parece un debate urgente, que debería hacerse en todos y cada uno de los centros en los que trabajamos. Tal vez la violencia no desaparezca, pero seguro que evitamos algún otro suceso tan lamentable como el que nos ocupa.

Es dificil en estos momentos, pero desde este pequeño rincón envío un mensaje de solidaridad con la compañera agredida y mis deseos de que se recupere de la mejor manera posible.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Violenta violencia

A raíz del asesinato de Celia Vicari, una colega argentina, me planteé dedicar alguna entrada al tema de la violencia. Es un tema difícil y complejo, del cual me está costando documentarme porque, entre otras cosas, tampoco dispongo de mucho tiempo en estos momentos. Pero en ello estaba cuando me llega la noticia de que otra compañera, esta vez uruguaya, también ha sido asesinada recientemente.


Por ello he decidido adelantar un poco por donde van mis reflexiones en el tema, al tiempo que me hago eco de la noticia de la compañera uruguaya y sin poder evitar preguntarme cuántas de estas noticias nos pasan desapercibidas.

Su nombre era Marisel Luis Garmendía. Trabajaba para el Centro Cooperativista Uruguayo y para el Centro de Participación Popular, en proyectos del Ministerio de Desarrollo Social. El caso es algo diferente del de la compañera argentina, pero no por eso menos doloroso. 

En esta ocasión una mínima interacción profesional (un censo), sirvió para que el asesino quedara obsesionado con ella y, tras un tiempo de acoso, acabara finalmente con su vida. Os pongo algunos enlaces con la noticia: aquí y aquíasí como el enlace a la página de la Asociación Profesional de Trabajo Social de Uruguay, que contiene algún manifiesto sobre la noticia.

Si los leéis veréis que están mezclados muchos temas: violencia machista contra la mujer, violencia en el ejercicio profesional, tratamiento de la violencia por parte de las instancias judiciales y policiales, aspectos psicopatológicos, denuncias previas, repercusiones... Todo ello me hace pensar en la complejidad de la violencia y en la multitud de variables que se entremezclan a la hora de su diagnóstico y sobre todo, para su prevención.

En alguna ocasión leo análisis demasiado simplistas sobre las causas de la violencia, pero en cada caso que presencio tanto en mi ámbito profesional como cuando nos llegan noticias como esta, constato que las cosas son mucho más complicadas de lo que parecen, y multitud de variables de orden psico-social están entremezcladas en el complejo triángulo que se produce entre la víctima, el agresor y la sociedad y sus instituciones.

Como bien dice Jorge Corsi en su libro "Violencia Familiar":


   "Pensar el problema de la violencia familiar desde una perspectiva ecológica y multidimensional implica renunciar a todo intento simplificador de "explicar" el fenómeno a partir de la búsqueda de algún factor causal, para "abrir" la mirada al abanico de determinantes entrelazados que están en la base y en la raíz profunda del problema"
 
Por otro lado, siempre me han cuestionado en este tema de la violencia las siguientes palabras de Jorge Barudy, recogidas en su libro "El dolor invisible de la infancia" y que también transcribo. Es un poco largo, pero merece la pena:

     "En lo que se refiere a las dinámicas relacionales, pude confirmar que se requieren por lo menos tres grupos de personajes para producir estos fenómenos. (...) encontramos los mismos tres grupos de personas, presentes en las dinámicas humanas en donde la vida está amenazada y los derechos
humanos pisoteados. En los dos casos existe un primer grupo compuesto por los represores, torturadores, acusadores, maltratadores, etc...; un segundo grupo, conformado por las víctimas: hombres, mujeres y niños perseguidos, encarcelados, torturados y exiliados; y un tercer grupo, constituido por los terceros, los otros, los instigadores, los ideólogos, los cómplices, pero también los pasivos, los indiferentes, los que no quieren saber o los que sabiendo no hacen nada para oponerse a estas situaciones y/o tratar de contribuir a crear las condiciones para un cambio."

     Desde aquí me comprometo a intentar no pertenecer a este tercer grupo y por eso escribo esta entrada y se la dedico a la compañera Marisel, con todo mi respeto y condolencias a sus familiares y colegas de Uruguay.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Baltasar Gracián

Cuando propongo que Baltasar Gracián debería ser uno de los patronos de los Trabajadores Sociales, los colegas se me ríen. Pues lo digo en serio. Junto a Mary Richmond y Jane Addams. ¡Palabra!

 

Y no lo digo por su calidad literaria, de sobras conocida y valorada. Tampoco porque se trate de un paisano mío, aragonés y fallecido en Tarazona en 1658. Lo digo por que su pensamiento me parece una guía magnífica para sobrevivir en el proceloso mundo de los Servicios Sociales. A mi juicio, debiera ser uno de los autores de referencia para el Trabajo Social.

Este personaje de nuestro Siglo de las Luces, escribió numerosas obras y se convirtió en uno de los autores más influyentes en el desarrollo del pensamiento occidental. Algunas de sus obras: El héroe (1637), El discreto (1646), Oráculo manual y arte de prudencia (1647), Agudeza y arte de ingenio (1648), El criticón (1651).

Os cuento algunas de las cosas que decía el amigo, y me decís si son o no de aplicación para nuestra profesión:

- "El no y el sí son breves de decir, pero piden mucho pensar." ¡Cuántas veces tenemos que evaluar sobre la concesión o denegación de una prestación o ayuda! Pensar mucho antes de hacerlo es un buen consejo, pues ambas cosas suponen tener en cuenta un montón de variables que habremos de controlar en la intervención. También decía al respecto: "Ciencia sin seso, locura doble."

- "Atención al informarse. Vívese lo más de información. Es lo menos lo que vemos." Pues eso, que sin una buena recogida de datos, sin una cuidada investigación y observación, no hay diagnóstico posible.

- "Saber hacerse a todos. Discreto Proteo: con el docto, docto, y con el santo, santo. Gran arte de ganar a todos, porque la semejanza concilia benevolencia." Probablemente en aquellos años no utilizaban la palabra empatía, pero Baltasar Gracián sabía muy bien lo que era.

- "Pon un gramo de audacia en todo lo que hagas". Pero sólo un gramo ¿eh?. Necesario, pero sin pasarse.

- "Visto un león, están vistos todos, pero visto un hombre, sólo está visto uno, y además mal conocido". Si hay un argumento mejor para nuestro principio de individualización, me lo decís.

"Es cordura provechosa ahorrarse disgustos. La prudencia evita muchos." Complementaria al gramo de audacia.

- "Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros." La culpa, la atribución externa y la desresponsabilización... ¿os suena, verdad?

- "Muchas veces nace la enfermedad del mismo remedio". Atención a nuestras intervenciones, no vaya a ser...

- "Ninguno hay que no pueda ser maestro de otro en algo". Aprender de los demás depende por tanto sólo de nosotros mismos.

- "A quien pide con prisa, lo que es una treta para engañar a la prudencia, conceder tarde". Está claro, ¿no?

Podría seguir, pero no quiero cansaros. Sólo quería compartir con vosotros a este autor, que no solemos relacionar con nuestra profesión y que a mí me parece muy útil. Podéis descargaros uno de sus libros en este enlace Oráculo manual y arte de prudencia. Os invito a que lo leáis.

Y terminaré trascribiendo completo uno de sus Oráculos, el 251 de ese libro, que a mí me parece de gran actualidad en estos tiempos de recortes.

"Hanse de procurar los medios humanos como si no hubiese divinos, y los divinos como si no hubiese humanos. Regla de gran maestro; no hay que añadir comento."

Pues hagámosle caso. Sin comentarios. Y si los hay, dejádlos más abajo.


miércoles, 8 de mayo de 2013

Una historia de trincheras

Esta vez no va a ser Wang quien nos cuente una de sus historias chinas. Esta vez os la voy a contar yo. Una historia de trincheras. Una historia en las trincheras de la acción social.


Soy trabajador social desde hace casi 25 años. Siempre he trabajado en la atención primaria, que yo a veces defino como la primera línea de batalla contra la exclusión, el sufrimiento y el malestar. Allá donde las personas presentan sus verdaderas necesidades, en el lugar más próximo a los ciudadanos, con instrumentos escasos, rodeados de barro, frecuentemente olvidados y a veces, utilizados.

En la intemperie de esas trincheras, miles de historias. Muchas, hechas de sufrimiento y dolor. Algunas de esperanza y recuperación. Las más, un poco de todo.

http://www.flickr.com/photos/recuerdosdepandora/
Hoy os voy a contar una de esas historias. Primero os contaré la anécdota que me ha sucedido y después la historia que hay detrás.

Hace poco leía en Facebook la anécdota de un amigo que estaba cuidando a un familiar en el hospital. Al lado, un anciano recibía los cuidados de una cuidadora contratada. Como suele suceder en estos casos, con el lento fluir del tiempo en el hospital y con la sensibilidad que la enfermedad nos hace aflorar, mi amigo y esa anónima cuidadora comenzaron a contarse sus cosas. 

Mi amigo quedó impresionado por la historia de esta mujer, abnegada, con una situación personal y familiar muy complicada y que, a pesar de ello, cuidaba con mimo y esmero a ese anciano al que sólo le unía una relación profesional. 

Y no sólo a él. En algún momento de ausencia de mi amigo, cuidaba también a su familiar, llegando incluso a limpiarle las flemas. Generosidad y gratuidad.

Unos días más tarde de leer esta situación que compartía mi amigo, una mujer me aborda en el pasillo de mi Centro de trabajo. Es usuaria de nuestro programa de intervención familiar y participa en algunos de nuestros programas de apoyo. Me dice que le han dado recuerdos para mí. Lleva el nombre apuntado en un papel, para no olvidárselo. Y me da recuerdos de ese amigo, explicándome que lo ha conocido en el hospital.

De repente, la "anónima cuidadora" de la que hablaba mi amigo había adquirido rostro y situación concreta para mí.

Hasta aquí la anécdota. Ahora la historia. 

Es la historia de esa mujer. La llamaré María, que aunque no es su nombre real, me servirá para acercaros a ella. María procede de una situación terrible de maltrato y abandono durante su infancia, a consecuencia de la cual sufrió una adolescencia y juventud con múltiples problemas. Ha sufrido diferentes tipos de violencia y ha pasado algunos periodos de su vida con un grave deterioro personal y social.

http://www.flickr.com/photos/sss-showcase/3180770468/
Sin embargo, su capacidad de lucha es ilimitada. Resiliente como pocas, ha sido capaz de rehacer su vida y está intentando proporcionar a sus hijos una vida mejor que la que ella tuvo. En ello está, y nosotros tenemos la suerte de que nos permita acompañarla en un periodo de su vida.

¿Que porqué considero que es una suerte?

Pues tiene que ver con las trincheras de las que os hablaba. A veces no somos conscientes de dónde trabajamos, pero el ejercicio del Trabajo Social en situaciones que nos hacen ser testigos, a veces impotentes, del sufrimiento humano, nos inflinge graves heridas. Heridas en el alma. Heridas de las que necesitamos ser curados.

El contacto con la maldad, el sufrimiento, la violencia, la desesperación... no es gratuito para nosotros. No somos héroes y por tanto en muchas ocasiones perdemos la esperanza en el ser humano, en la mejora de la sociedad, en los valores y recursos positivos de las personas. Y ello nos vuelve ineficaces en el trabajo. Es el momento en que necesitamos ser curados.

Y ahí es donde encontramos historias y personas como María, que nos devuelven esa confianza en las personas, en su bondad, en su capacidad de superación y lucha. A pesar de todas la vicisitudes que ha pasado, conserva intacta su capacidad para cuidar, para amar y para proteger. Personas como ella nos devuelven la esperanza de que se puede construir una sociedad más justa, con menos sufrimiento para las personas. Una sociedad mejor.

Por eso, gracias, María.



miércoles, 1 de mayo de 2013

Un año de Blog

 Comencé el blog el 2 de mayo de 2012. Yo no había caído en la cuenta pero Wang, ahora que se ha vuelto un experto en la Historia de España, me lo ha señalado.  El 2 de mayo es una fecha simbólica, en la que se produjo el levantamiento de las clases populares de Madrid contra la invasión francesa.

 

Joaquín Sorolla [Public domain], via Wikimedia Commons
La casualidad de la fecha ha traído a mi cabeza una serie de resonancias con las que identifico mi blog. Salvando las distancias, también hoy estamos en lucha. Tal vez el enemigo no sea tan tangible como las tropas napoleónicas, pero no por ello es menos peligroso y desalmado. Esta vez son las tropas neoliberales, que arrasan con su artillería de recortes y medidas económicas el bienestar de la población. Estamos invadidos y hoy, al igual que entonces, no es el Gobierno de España quien se opone a la invasión. Al contrario, está colaborando, entusiasmado, con ella. Y una vez más, debemos ser las clases populares quien nos rebelemos.

En eso estamos. Y hasta aquí las referencias bélicas, que no me entusiasman. Mejor aprovecho el momento para reflexionar y evaluar este año de blog.

Escribir para mí es algo que me ayuda a ordenar mis ideas. La disciplina de intentar argumentar y fundamentarlas para escribirlas es una manera de reflexionar sobre ellas. Y con esta reflexión y con el diálogo colaborativo que surge al compartirlas en la red, van ganando profundidad, van adquiriendo matices y surgen nuevas ideas que, poco a poco, van respondiendo mejor a las preguntas e inquietudes que las han motivado. Es algo que ya sabía, pero que he descubierto con potencia en el blog y sobre todo, al conectar el blog con otros.
 
Naturalmente, como a veces hablamos con algún compañero, escribir y exponer un blog tiene que ver con exhibirnos, con buscar protagonismo... pero no creo que eso sea lo importante. Yo prefiero llamarlo la búsqueda de reconocimiento. Todos necesitamos la confirmación, el reconocimiento y aprobación de los demás, y en un blog no tiene porqué ser distinto.

Pero si algo tuviera que destacar de mis motivaciones para haber iniciado y mantener este blog es las posibilidades que tiene para el activismo social. Vuelvo por un momento al campo de batalla y creo que inicié el blog desde mi creencia que, como trabajador social, tenía que pronunciarme para denunciar y defender el ataque al bienestar social que estamos sufriendo.

Algo así exponía en mi primera entrada "Macrodesgracias", donde con un grabado de Goya (otra casualidad), denunciaba algunas situaciones de sufrimiento que la política social imperante estaba generando.

Desde entonces hasta ahora las más de 60 entradas del Blog han recibido unas 17.000 visitas de colegas y amigos. Ni por asomo esperaba entonces semejante repercusión. Para un blog pequeño y humilde como el que pretendo tener, es un privilegio y un honor contar con todas y cada una de esas visitas.

Pero en este año ha habido cosas más importantes que eso y que han marcado el blog de manera especial. Principalmente me voy a referir a dos:  la Marea Naranja y la BlogoTsfera.

Con "Naranjas de la China" o "Más naranjas, ¡es la guerra!", manifesté mi apoyo y participación en un movimiento que ha sido capaz de aglutinar esfuerzos y sensibilidades para oponerse al desmantelamiento del Sistema de Servicios Sociales. En las entradas "Todos estaremos en Madrid" y "Pequeñas historias de la Sopa Boba", me hago eco en el Blog de algunas de sus acciones e iniciativas.

Por otra parte, el nacimiento de la BlogoTsfera. Un movimiento importante en el que he tenido el privilegio de participar desde el principio. En "El año de la serpiente" reflejaba su puesta de largo, gracias al apoyo del Consejo General del Trabajo Social, y hacía alguna reflexión sobre su significado. Una red de blogs de trabajadores sociales que pretende conectarse para incrementar la presencia del Trabajo Social en la red. Todo un reto y una gozada. Compartir con otros. Conectar.

Me apetecería nombrar a todos y cada uno de los compañer@s en este viaje, así como a la cantidad de amig@s que leen, difunden y comparten nuestras entradas. Pero como me dejaría alguno, prefiero que los vayaís encontrando por la red. De momento, gracias a tod@s.

En cuanto a este blog, sé sus límites. Para mí internet es como el océano. Y con este blog sólo tiro pequeñas piedrecitas a la inmensidad del mar. Cada entrada hace una pequeña onda, que dura un tiempo y se diluye poco a poco. Tal vez se una por un tiempo a otras ondas y dure un poquito más, pero ya. A lo mejor le hace unas cosquillas (agradables o incómodas) a un pez que, por casualidad pasaba por allí en ese momento. Bueno, lo olvidará enseguida, todos sabemos que los peces tienen poca memoria.

Pero una onda es como el batir de alas de una mariposa, y las teorías del caos nos enseñan que tal vez a muchos kilómetros de distancia, esa pequeña agitación del aire desencadene un ciclón. Quien sabe.

Y no podía acabar esta reflexión al acabar el año sino nombrando a Wang. Sin él este blog no tendría sentido.Wang es mi amigo, mi alter-ego, mi compañero en este viaje.  Me apoya, me interpela, me ayuda y me anima. Aporta misterio, lucidez, imprevisibilidad. Es reflexivo, luchador y creativo.

Si me guardáis el secreto os diré que Wang tiene un poco de cada uno de vosotr@s.

Gracias a tod@s por este año tan intenso. Nos vemos en la red y, si es posible, alguna vez fuera de ella.