miércoles, 11 de septiembre de 2013

Peligrosas alcaldadas

Por fin. Un político que habla claro y que coge el toro por los cuernos. El alcalde de Bolullos del Condado, en Huelva, toma medidas para acabar con la delincuencia. Entre ellas, que los Servicios Sociales de su pueblo dejen de atender a las personas que tengan pendientes delitos y que, por supuesto, no se les tramite ninguna ayuda social. Noticia aquí.


Auschwitz, en Flickr.
A estas alturas, viendo cómo España se está poblando de pobres y menesterosos, de vagos sin oficio ni beneficio (inmigrantes, parados, gitanos, drogadictos...) que se dedican a delinquir y a hacer la vida imposible a los probos ciudadanos, se agradece que desde los Ayuntamientos se acometa el problema y garanticen una convivencia sana y pacífica en sus municipios. 

Por eso hay que felicitar a este alcalde. Tolerancia cero con los delincuentes. Mano dura. Que ya va haciendo falta. 

Todos sabemos cómo esta gentuza se está beneficiando de las ayudas sociales y, lejos de integrarse, se dedican a delinquir, riéndose además de todos nosotros, que les estamos manteniendo. Y los Servicios Sociales, obligados a atenderles... Pues ya vale. Que se cambie la Ley y se impida el acceso de esta gente a los Servicios Sociales que estamos pagando entre todos. Y si no lo hace la Ley, para eso están los alcaldes.

Y esto debería ser sólo el primer paso. Los delincuentes deberían tener vetado el acceso también a la Sanidad. Los médicos, hospitales, medicinas..., son escasos y deben emplearse en la gente de bien.

Cárcel y mano dura es la única respuesta social que deben encontrar.

Y se agradece como digo que un alcalde muestre el camino. Porque esa es la senda que hay que seguir: las prestaciones sociales, sólo para quien las merezca. Es el único modo de hacer de este país algo habitable y de hacer sostenible el gasto público, que debe ser bien empleado.

Por ello, debería negarse el acceso a la sanidad y a los servicios sociales a todas las personas que no están en el buen camino. ¿Por qué hemos de pagar entre todos los tratamientos de las enfermedades a los alcohólicos que no quieren dejar de serlo? Ya vale de emplear costosos tratamientos para los enfermos de cáncer que presumían de fumar sin que les pasara nada. ¿Y qué decir de lo que nos cuesta a todos atender a los conductores que sufren accidentes conduciendo bajo los efectos del alcohol o las drogas? Y por supuesto, vale de atender a los que no siguen dieta adecuada, a los que no hacen deporte... Fuera de la sanidad.

Por Riccardo Di Virgilio, en Flickr.

Una medida "blanda" sería, por ejemplo, que toda esta gente se pagasen ellos sus tratamientos. Y si no tienen dinero que se les embargasen sus bienes, a ellos o a sus familias, para que aprendan. Pero me da la sensación de que ni así sería suficiente. Es mejor tomar medidas más drásticas. 

Directamente, que no se les atienda. Que se mueran en las calles. Delincuentes, borrachos, gordos, gitanos...

Mejor aún. Nos deshacemos de ellos. Tal vez un exterminio selectivo sea la solución. Muerto el perro, se acabó la rabia.

Sin duda es la solución. La historia lo demuestra. Gracias, alcalde, por recordarnos el camino.

6 comentarios:

  1. No hay que olvidar a las madres solteras, ellas se lo buscaron por calentorras. La verdad es que siguiendo así, que bonito oye, nos cepillamos de un plumazo a la mayoría de la gente a la que ayudamos. Es como el ascazo que me dan muchos coaches, claro, la culpa de estar en paro es nuestra, de "nuestra actitud negativa". Que me enciendo.
    Un saludo y muy buena la entrada!!!

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  2. Magnífica entrada, certera y dura. Un abrazo sudoroso, gratuito, sincero y proletario desde la esquina de la península...Resistir es una manera de vencer...

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  3. Coincido contigo, Carolina, lo de algunos "coaches" es de traca. Y lo de atribuir a la responsabilidad individual la falta de condiciones estructurales también. Saludos.

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  4. Otro abrazo para tí, Belén, igual de cariñoso y sincero desde esta otra esquina, eso sí, un poco más fresquita que la tuya.

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  5. Buena entrada.

    Otra lectura del asunto es que si el alcalde lo hace es porque encuentra un apoyo a esta medida en el grueso de sus ciudadanos-votantes. Esto es más preocupante porque ya no responde a un delirio en la soledad del poder sino a un sentir común que este alcalde recoge y rentabiliza.

    Obviamente, como es técnicamente ilegal discriminar en el sentido que pretende, no cabe plantearse si en este caso es el pueblo o es la ley quien manda.

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  6. Totalmente de acuerdo, "Macario". Efectivamente lo más preocupante es que este tipo de actitudes no son propias de un alcalde exaltado o enloquecido, sino de unos políticos que recogen un sentir popular, como muy bien dices, para rentabilizarlo.
    Es un juego muy viejo y como digo en la entrada, bastante peligroso.
    Gracias por comentar.

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Gracias por comentar.