sábado, 5 de octubre de 2013

Ale...¡hop!

Hacia atrás... ¡ni para tomar impulso!. Eso han debido pensar nuestros gobernantes en Aragón y de un plumazo van y se inventan... !TACHAN! "El Plan Impulso", una nueva actuación más en el circo en el que han convertido la protección social y, como consecuencia, la acción social y los servicios sociales. ¡Que siga la función!

 

Postaletrice, en Flickr

¿A que mola el nombre? Plan Impulso. Sonoro y sugerente. Con gran alharaca se presentó el mes pasado este Plan, que pretende "un gran impulso para el crecimiento económico y la protección social en Aragón". Toma ya.

El Plan consiste en un conjunto de convocatorias de distintas subvenciones para la contratación de jóvenes, desempleados mayores, creación de Talleres de Empleo, financiación de pequeñas y medianas empresas, adquisición de inmuebles para viviendas sociales... Os dejo aquí un resumen de todas sus medidas.

A mi juicio, toda una operación de "parcheo" de los efectos que la crisis económica está causando. Pero ultimamente me siento generoso y concederé al Plan (aunque yo por Plan entiendo otra cosa, sin duda más consensuada y participativa...) cierta buena intención. No me gusta el modelo ni el desorganizado y chapucero modo en que se han convocado las medidas, pero sin duda es mejor que nada. Tampoco entraré con qué recortes o endeudamiento se han habilitado los fondos para este plan. En el erial en que estamos inmersos cualquier gota de agua es una buena noticia.

Dudo que el Plan consiga los efectos que persigue. No creo que consiga ninguna transformación estructural de la economía, ni que sus efectos persistan más allá de lo que duren las subvenciones. Pero como digo, creo que es mejor que nada.

Ahora bien, por lo que no paso es porque se venda este plan como la octava maravilla del mundo en materia de protección social. Que no cuela, vaya.

Y no cuela porque el Plan no contiene ni una sóla medida de apoyo al Sistema Público de Servicios Sociales, ni a sus estructuras y servicios. Sí se incrementan algunas partidas dedicadas al Salario Social, (pendiente de una reforma que, por lo que sabemos hasta ahora, sólo va a endurecer las condiciones de acceso) o prestaciones para el ingreso en centros o dependencia. Pero este incremento presupuestario no va a solucionar los problemas estructurales de estas prestaciones, gestionadas hasta ahora con unos intolerables y crueles retrasos y recortes nada inocentes.


Uno piensa cómo es posible "impulsar" la protección social sin reforzar y potenciar la red del Sistema Público de Servicios Sociales.

No quiero hacer esta entrada mucho más larga, pero el Plan plantea diversas subvenciones a entidades privadas (sin ánimo de lucro, dicen) para atender las necesidades básicas y de inclusión social y familiar de personas vulnerables. Para mí, es una contundente declaración de intenciones y una nueva descalificación al Sistema Público de Servicios Sociales.

Es como si diseñaran un plan para la promoción de la salud y se dedicaran a subvencionar, pongo por caso, a las asociaciones de enfermos y familiares para que desarrollasen los servicios que los Centros de Salud y los Hospitales están dejando de prestar gracias a los recortes que están sufriendo. 

Están convirtiendo como digo la protección social en un circo. Y el colmo del cinismo es otra medida que contiene el Plan. Se trata de una serie de fondos que reparten en todos los colegios de la Comunidad Autónoma para la promoción educativa y la protección social de los alumnos. Actividades de refuerzo escolar, actividades extraescolares, pago de comedor o guardería, o adquisición de material escolar a los alumnos que lo necesiten. Loable intención, si no fuera que muchos centros se sienten incapaces de valorar qué niños o qué familias deben ser las beneficiarias de estas ayudas y si no coincidieran con los recortes en las becas de comedor y de material escolar que estan familias han sufrido previamente. Resumiendo: que un niño tenga beca de comedor o libros no va a depender de un criterio objetivo enmarcado en una política de becas, ni tan siquiera va a ser objeto de una valoración de sus circunstancias familiares o sociales. Queda en manos de la discrecionalidad del centro educativo.

Sé de varios centros que se han planteado incluso renunciar a esos fondos, al considerar que es una función impropia de ellos. Y otros están dirigiéndose a los Servicios Sociales para que les ayudemos con la valoración y detección de las familias que necesiten ayuda. Afortunadamente, en los Centros Educativos hay magníficos profesionales, con mucho más sentido común que el de nuestros gobernantes. Y nosotros una vez más, obligados, cual titiriteros, a hacer juegos malabares para aportar algo de cordura, equidad y eficacia en la aplicación de estos fondos.

Si de verdad quieren hacer algo por la protección social, les recomiendo que en vez de gobernar a golpe de decretos y órdenes de subvenciones se dediquen a planificar (que no es lo mismo que publicar planes) bien, contando con los actores sociales y con los profesionales y técnicos de una red de servicios sociales a la que en vez de potenciarla la están dejando morir de inanición. Y sobre la que tenemos firmada la sentencia de muerte que supone la reforma de la administración local.

Acepto que alguno de mis amables lectores piense que soy demasiado crítico y que al fin y al cabo es una buena noticia que se habiliten fondos para la protección social. Lo acepto. Pero es que yo me he cansado de este circo en el que se ha convertido la acción social. Y estoy harto de hacer de titiritero en funciones como ésta del Plan Impulso,donde payasos cutres y nada graciosos dirigen la sesión, los trapecistas trabajan sin red, los animales están sucios y muertos de hambre y el empresario es incapaz de ver cómo la carpa se cae hecha jirones mientras piensa que la solución es repartir apresuradamente unos cuantos euros a los tristes y cabizbajos espectadores que se ven obligados a sentarse en las gradas.

Y hoy no se me ocurre mejor canción para despedirme que ésta de Serrat. "El Titiritero".  Ale... ¡hop!




1 comentario:

  1. Hola Pedro,

    he de reconocer que no me había leído completamente el Plan Impulso. Al principio pensaba que solo afectaba al empleo, al menos a eso se le ha dado muchísima difusión. Incluyo hay ofertas de empleo donde explican que quieren gente menor de 30 años para acogerse al Plan Impulso. Qué triste es que tengan que existir estos incentivos para contratar a ciertas personas.

    No eres demasiado crítico, tienes razón, tú sí conoces en profundidad los servicios sociales públicos, no los que hacen esos planes.

    Un saludo.

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