lunes, 2 de noviembre de 2015

Se necesitan pobres

Pero pobres de los de verdad. De los de toda la vida, vaya. Pobres "como Dios manda". De esos que se pueden mirar con conmiseración y a los que ayudarles nos hace sentirnos mejores. Mejores que ellos, sin duda. Y mejores también que todo el resto de personas que no les ayuda.



Debe ser tan importante este servicio que los pobres nos prestan que no encuentro otra explicación al insoportable incremento que ha experimentado en nuestro país este fenómeno de la pobreza. En uno de los países más ricos de todo el planeta nos encontramos conviviendo con una tasas de pobreza y de desigualdad como si no pasara nada. Podéis echarle un ojo al último informe sobre el Estado de la Pobreza en España en 2015 que ha elaborado la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social. Os dejo aquí el enlace al Informe  y al resumen con los datos más significativos.

Si consultáis los documentos, os encontraréis unos datos estremecedores. Como por ejemplo, que en España un total de 13.657.232 personas se encuentran en riesgo de pobreza y/o exclusión. ¡Un 29,2% de la población total! O que en el último año se han incorporado a esta situación 790.801 nuevas personas. Y eso mientras el Gobierno de la Nación nos sigue diciendo que ya hemos salido de la crisis y que la situación económica y social de España es una maravilla, gracias a su eficaz gestión.

Pero si sangrante es la situación e insultante la inoperancia y dejadez con la que nuestros gobernantes enfocan el problema, me llena de desesperanza comprobar muchas de las propuestas que los partidos políticos están dando a conocer en sus programas electorales.

Medidas parciales, claramente insuficientes, absolutamente descoordinadas, llenas de errores tácticos y técnicos... Ninguna de ellas servirá para atajar el problema, más allá de poner algunos parches que sin duda no vendrán mal allí donde se pongan, pero que al final no servirán para mucho más que permitir que sus impulsores saquen pecho ante los otros gobiernos y territorios que no las implementen.

Ya he planteado en alguna otra entrada el tipo de medidas que considero necesarias, en torno a dos grandes ejes. Una reforma constitucional que permita el desarrollo legislativo y funcional de un verdadero Sistema Público de Servicios Sociales y una Ley de Renta Básica Universal que permita a todas las personas tener garantizados unos mínimos vitales y dignos de supervivencia.
No veo por ningún lado que ambas medidas puedan ponerse en marcha en nuestro futuro más inmediato, así que no tenemos por qué preocuparnos. Los pobres seguirán entre nosotros. Les necesitamos.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo en todo, pero especialmente en la renta básica universal; ni de inserción, ni trabajo garantizado. Felicidades.

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    1. Gracias, Elena. A mí me parecen importantes ambas cosas: el Sistema Público de Servicios Sociales es una necesidad cada vez más imperiosa en nuestra sociedad, y creo que hay que construirlo desde cero. Un abrazo.

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Gracias por comentar.