martes, 7 de agosto de 2018

Nuevas (o no tanto) pesadillas de verano

Durante el verano suelo escribir poco. Ni la luz, ni la temperatura, ni el ambiente general en el estío favorecen demasiado las reflexiones que intento hacer sobre las cuestiones sociales que nos ocupan en este blog. Pero como todos los veranos, suelen darse noticias cuya repercusión en lo social nos obliga a comentarlas, aunque sea casi a modo de crónica.


Y como ya os confieso que mis procesos reflexivos se adormecen un poco en esta época, voy a apoyarme en mis procesos emocionales para comentar los principales sucesos que están interpelando mi sensibilidad durante estas semanas.

TRISTE. Una profunda tristeza es lo que siento ante el caso de Juana Rivas, esa madre que decidió desafiar a todo el sistema judicial desde su posición de víctima de violencia conyugal y en su convencimiento de proteger a sus hijos.

Ya escribí el año pasado en esta entrada sobre mi discrepancia con la estrategia de desobiencia judicial que estaba utilizando y con el movimiento que la alentaba. Me parecía que el riesgo de que consiguiera lo contrario de lo que pretendía (convivir y proteger a sus hijos) era demasiado alto y ahora que la sentencia que se ha emitido la condena a prisión y le retira la patria potestad de los mismos durante varios años, no puedo evitar pensar en el dolor que puede estar pasando esta mujer ante la posibilidad de no estar presente más durante la infancia de los mismos. 

Por otra parte, no dejo de preguntarme cómo estarán viviendo todo esto los niños, cómo vivirán el alejamiento de su madre y qué repercusiones tendrá todo esto en sus vidas, tanto más cuanto todo el conflicto está siendo expuesto mediaticamente y su registro en las redes estará a su alcance en todo momento. Creo que su desarrollo va a estar marcado por este sufrimiento.

Más allá de posibles recursos, peticiones de indulto, estrategias personales y colectivas... creo que en esta lucha nadie ha ganado y las víctimas (la madre por un lado, los niños por el otro) tan sólo han visto incrementado su sufrimiento y malestar. Espero que no siga acrecentándose más.


PREOCUPADO. No sé si es una apreciación mía o responde a una realidad, pero cada vez veo más extendidos y frecuentes los mensajes xenófobos y racistas e incluso la apelación a ciertos modos de violencia para resolver las situaciones de conflicto entre culturas. No estamos dispuestos a compartir nuestro privilegiado e inmerecido trozo de pastel del que disfrutamos y proliferan los mensajes de miedo y rechazo al extranjero o al diferente, al cual atribuimos el deterioro de nuestro precario bienestar.

Si el odio se legitima nuestra dignidad como sociedad estará comprometida.

ENFADADO. Mis conocimientos de derecho penal son ciertamente escasos, pero no acierto a comprender cómo  los componentes de ese asqueroso grupo (me niego a llamarlos por el apelativo con el que se les conoce) que han sido condenados a nueve años de prisión como autores de un delito  abuso sexual se encuentren en libertad. Por más que la sentencia no sea firme, por más que se diriman conceptos como la reiteración delictiva o la posibilidad de fuga... no lo entiendo. No lo entiendo, y me enfada.

Tanto como el episodio de los másters y titulaciones universitarias "regaladas" a modo de prebendas a ciertos políticos que, creyendo ser poseedores de los más rancios privilegios, no han dudado en aprovecharse de los corruptos resquicios del sistema para beneficiarse individualmente, al mismo tiempo que deterioran otra más (y ya van unas cuantas...) instituciones colectivas (en este caso la educación universitaria).


Y CONFUSO. Ante el cada vez más deteriorado Sistema de Servicios Sociales y el irrelevante papel de la atención primaria dentro de él. La problemática social, (y entiendo por tal principalmente los fenómenos convivenciales y relacionales) que deberían ser el objeto principal del sistema, no está siendo adecuadamente atendida.

Creo que es urgente construir otro Sistema de Servicios Sociales, redefinido desde sus cimientos en un nuevo marco de política social y estructurado en base a una atención primaria potente, que sea capaz de responder a los desafíos convivenciales actuales.

En cuanto bajen las temperaturas, Wang y yo seguiremos reflexionando sobre ello.


2 comentarios:

  1. Estoy bastante de acuerdo con lo que dices y añadiría que muchos comentarios son fruto de la cada vez más bestial desinformación que tenemos voluntariamente, por no informarnos adecuadamente, y una mala información mediática, como consecuencia de la ingente cantidad que recibimos y o la manipulación de las masas.. En mi opinión esto provoca una especie de indefensión aprendida que nos bloquea..

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  2. Sí, es curioso cómo en tiempos donde la información es tan amplia y está tan extendida, no seamos capaces de analizar adecuadamente los fenómenos ni sustraernos a toda la manipulación mediática e interesada. Saludos.

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Gracias por comentar.