martes, 22 de enero de 2019

El pozo

Anda toda España con el corazón encogido asistiendo a las tareas de rescate del niño atrapado en un pozo de Málaga. La inusitada y dramática situación ha hecho que cualquier persona con un mínimo de sensibilidad se encuentre conmovida por la misma y empatice con el inimaginable sufrimiento y angustia de la familia.


Y como era de esperar, la solidaridad de muchas personas y empresas que pueden ayudar en el rescate se ha movilizado y han dedicado esfuerzo y recursos, de manera desinteresada, para intentar salvar la vida del niño. 

Una buena noticia dentro de tanto dolor y desesperanza.

Personalmente me gustaría que estas muestras de solidaridad no fueran un elemento aislado, movilizada por una situación que ha sacudido nuestas conciencias al haber sido testigos, gracias a los medios de comunicación, de tan lamentable accidente y poder imaginar y acercarnos así al inenarrable dolor que debe estar pasando cualquier persona cercana al niño.

Porque el niño de Málaga no es el único niño que está en un pozo. La situación de la infancia en nuestro país es dramática. 

Uno de cada tres niños y niñas está en situación de pobreza, una realidad que debería avergonzarnos como país y como sociedad, y a la que seguimos sin dedicar los recursos y las políticas necesarias. 

Uno de cada cinco niños y niñas sufren de abuso y/o maltrato en sus más variadas formas. Otra realidad invisibilizada y ante la que, como sociedad, solemos mirar para otro lado.

Son sólo datos y cifras frios, pero detrás de ellos se encuentran niños y niñas tan reales como el niño de Málaga. Y, al igual que él, se encuentran atrapados dentro de sus respectivos pozos. Sin poder salir, esperando un rescate que nunca llega. 

Sus pozos son tan oscuros que pasan desapercibidos.

Ojalá este niño, aunque la esperanza ya casi se haya agotado, pueda salir de ese pozo para ser abrazado por sus padres. Y ojalá los focos que se han puesto sobre él se ampliaran y se pusieran sobre la situación del resto de niños y niñas que están sufriendo en nuestro país.

Tal vez así, algún día, tengamos el valor de rescatarlos a todos.

8 comentarios:

  1. Pedro!! Qué bien relacionas el dolor de lo individual con el dolor colectivo, social. Enhorabuena!!!

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    1. Gracias Teresa, me duelen tantas situaciones que conozco de niños y niñas a los que no se les protege!

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  2. Me vienen constantemente a la cabeza imágenes de niños y niñas naufragados en el Mediterráneo, para los que, en muchos casos, el salvamento podría llegar a tiempo y seguimos vulnerando los derechos fundamentales día tras día. ¿Como se lo explicamos a nuestros hijos e hijas? Sera menor la empatía, o será cuestión de foco mediático?

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    1. Si, Pau. La vida de un niño vale poco y si es un niño migrante no vale nada. No tiene explicación.

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  3. Pedro estoy totalmente de acuerdo contigo. La situacion de la infancia en nuestro pais es dramática y como tu muy bien dices hay muchos niños en pozos y ante eso no hay respuesta.

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    1. Es un debe importante en nuestra política social. No sé cuando nos pondremos a ello. De momento no veo signos de que vayamos a hacerlo. Hace falta otra mirada sobre la infancia. Un abrazo, compañera.

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  4. Que buena generalización y qué acertada compañero. Como siempre vienes a aportar otro punto con tus reflexiones.
    Gracias y feliz día

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  5. Eduardo Arrizabalaga23 de enero de 2019, 8:13

    Buenos días Pedro.

    Completamente de acuerdo contigo. Además, si partimos del hecho de que la infancia de hoy es el futuro del país mañana, podemos pensar que el futuro que le espera a este país no es muy halagüeño. Los datos que aportas son demoledores

    Saludos.

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Gracias por comentar.