miércoles, 17 de octubre de 2012

Políticos... ¡qué monos!

Tras mis últimos escarceos en el mundo del deporte, vuelvo a otros terrenos. Esta vez no puedo dejar de dedicar una entrada a comentar algunos episodios recientes de la realidad social y política actual.


 Y es que cuando uno piensa que esta realidad ya no puede sorprenderle más, que lo hemos visto todo, aparece un fulano, (ver enlace) un tal Castelao, Presidente del Consejo General de la Ciudadanía en el Exterior, (por aquí no recortan ¿eh?) y se lanza con la frase de que “las leyes son como las mujeres, están para violarlas”, lo cual ha supuesto una generalizada (que no unánime) reprobación y el subsiguiente reproche.

      El hecho es de tal gravedad que se califica a sí mismo, pero hay dos detalles que me parece necesario subrayar. Por un lado que piense que las leyes están para violarlas. Es una afirmación que ha pasado una tanto desapercibida por la salvajada sobre las mujeres, pero ¿es de recibo que un representante gubernamental piense que puede hacer con las leyes lo que quiera a su antojo?. Es algo bastante extendido, me temo, entre muchos representantes políticos actuales. Si la ley no responde a mis intereses, me la salto. La Ley está supeditada a mi criterio.

      El otro aspecto de la noticia es que hay cierta comprensión y connivencia con el personaje. No es destituido fulminantemente, dimite dos o tres días más tarde, siendo felicitado por ello y permitiéndose el “amigo” decir que no dimite por el hecho, sino por motivos personales. ¡Toma ejemplo de arrepentimiento!. Cuando tanto se habla de regenerar la vida política me pregunto si es posible con este tipo de actitudes.

            El segundo “sucedido” que me ha llamado la atención son los comentarios de nuestro Presidente Rajoy sobre las manifestaciones. Su “reconocimiento a todas las personas que no se manifiestan” contiene un doble mensaje, semejante a un doble vínculo, bastante perverso y que indica un escaso talante democrático. Se trata de descalificar, de menospreciar y de deslegitimar las voces discordantes, tildándolas de “antipatriotas”. El uso de la mayoría silenciosa (buena) contra la minoría que protesta y se manifiesta (mala) es la clásica maniobra dicotómica para desconfirmar el uso de un derecho tan importante como el de la expresión de la discrepancia. Y me parece especialmente grave que lo haga el principal responsable político del país. Vuelve a ser un ejemplo de qué tipo de políticos tenemos y qué difícil va a ser esa regeneración de la que tanto se habla.


          Genial vídeo de la “campaña” que con motivo de estas declaraciones realizaron en el programa “El intermedio”, denunciando la manipulación que escondían las palabras del Presidente. No dejéis de verlo.

            Y el tercer tema con el que me he encontrado estos últimos días es con la última encuesta del CIS sobre la valoración de los políticos, la peor en toda la historia de nuestra democracia, y en la que se indica, por ejemplo, que el 27 % de la población considera a los políticos como uno de los tres principales problemas del país.


            Este descrédito de los políticos está generando no poca polémica en la sociedad, entre detractores y defensores de la función política. Referirse a la “clase política” está de moda, unos para señalar los desmanes y abusos de los políticos y otros para acusar a los primeros de que con esa generalización se está haciendo el juego a quien pretende imponer en el Estado fórmulas de funcionamiento totalitarias y no de representación política. En alguna anterior entrada ya me he referido a esta dialéctica, y me temo que tendremos que seguir aludiendo a estos temas en próximas fechas.


      Hoy lo que quiero señalar es la actitud que los dos grandes partidos de nuestro país han tomado respecto a esa realidad: ¡se echan la culpa los unos a los otros!   Enlace

      Como dice Wang. ¡qué monos!

2 comentarios:

  1. El problema es que están tan lejos de la realidad que son incapaces de darse cuenta de lo que pasa debajo de ellos, que por encima sólo está dios...

    Cualquier día de estos tendremos que tapiar las puertas del Congreso, pero media hora después de que empiece un pleno...

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  2. ¿Los “políticos”? ¿Qué es “Política”?

    Por si a algún ministro “Porque lo digo yo” se le ocurre censurar la lectura de los clásicos Platón y Aristóteles, no sería mala idea profundizar, cuanto antes, en lo que para éstos suponía el término “POLITICA” y su conexión con el bien común y la ética. ¿Alguna vez esto ha sido así en la práctica?

    ¿De dónde vienen los “ políticos”?

    Tenía cierta curiosidad y he indagado en lo que la web me ofrece acerca de sus biografías. La mayoría, casi aplastante, son licenciados en Derecho. Eso significa que conocen muy bien las leyes, y a la vista está: ponen, cambian, quitan, hacen y deshacen a su antojo.

    Me he acercado a los planes de estudios de los Grados universitarios de Derecho y de Ciencias Políticas. Personalmente, como ciudadana de a pie, encuentro asignaturas más interesantes en el segundo: Estructura social de España, Democracia Participativa, Derechos Humanos y Ciudadanía, Política y comunicación, Historia del Poder, Cultura de Paz y Resolución de Conflictos, por citar algunas.

    ¿A qué se dedican, entonces, los que estudian Ciencias Políticas? ¿A estudiar a los “políticos”?

    Al final, un “político” no es sino una persona que alcanza un cierto poder de decisión en la administración y gestión del Gobierno, del Estado. Una cosa que resulta curiosa es el hecho de que al cesar en el cargo, independientemente de cómo hayan cumplido, sean tan buscados como “consejeros” en las grandes empresas privadas.

    Cada día que pasa siento con más claridad, y dolor, que muchos “políticos” roban constantemente a los ciudadanos y no sólo a efectos materiales, sino a muchos otros no tan visibles.

    Aun así, también, los “políticos” son parte y producto de la sociedad, les guste, nos guste, o no. Sí, ¡qué monos!

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