domingo, 10 de agosto de 2014

Fauna ibérica

Dentro de la fauna ibérica cuyas andanzas y costumbres suelo comentar en este blog, ocupan un lugar privilegiado (casi en el mismo rango que los representantes del empresariado), los alcaldes. Sí, los alcaldes; esos seres que gobiernan nuestras ciudades y pueblos y entre los que de vez en cuando aparece algún espécimen digno de estudio. Como éste que os traigo hoy: Javier Maroto, alcalde de Vitoria y ¡oh, causalidad!, del PP.


No sé si será el acceso a la alcaldía (con esa agradable sensación de omnipotencia al haber quedado primeros en algo...) o es que vienen así de serie, pero cuando un alcalde se lía a hablar sobre cuestiones sociales suele dejar comentarios que en este blog no podemos dejar pasar.

Y en este caso el amigo ha tenido suerte: Wang está de vacaciones y, seguramente, hubiera sido mucho más radical que yo. Porque sin duda, las manifestaciones que ha hecho este alcalde son bastante radicales. Os las cuento. Enlace.

Aunque podéis consultarlas en el enlace que os pongo, os resumo que este personaje en concreto ha venido a decir que "los inmigrantes, sobre todo marroquís y argelinos, viven de los servicios sociales que pagamos todos". Naturalmente, (seguro que es lo que pretendía) se ha generado una polémica importante. Supongo que tales manifestaciones vendrán refrendadas de un concienzudo análisis y unos rigurosos informes que, sin duda, pondrán de manifiesto lo que todos ya saben: que los inmigrantes son un atajo de vagos y defraudadores que se aprovechan de las ayudas sociales para vivir sin trabajar y que por esta causa, están perjudicando a los nacionales que se ven privados de las ayudas que (estos sí) sin duda merecen.

Tales manifestaciones, a mi juicio, contienen tres críticas importantes: una, al Sistema de Servicios Sociales en general, que  tiene diseñadas unas ayudas sociales inadecuadas que permiten que la gente se aproveche de ellas y viva, cual parásito social y sin esfuerzo ninguno, del dinero de los demás; otra, a los profesionales de dicho Sistema, que lejos de controlar el adecuado uso y seguimiento de las ayudas, las dan indiscriminadamente sin criterio ni análisis; y la tercera a los propios inmigrantes, como hemos dicho y por resumir, unos delincuentes aprovechados.

Ya hace unos años, cuando este blog comenzaba, comenté en un par de entradas: Algo hemos hecho mal y Los míos, unas noticias parecidas. Es recurrente dentro de la ideología neoliberal el argumento de culpar al inmigrante (y al pobre, al parado...) de aprovecharse de las ayudas sociales. Ya por entonces terminaba mis reflexiones con otros datos: los inmigrantes han aportado al conjunto del país mucho más que lo que han obtenido. Pero esto es una realidad que a esta gente no le interesa señalar.

Y no lo hace porque, simplemente, les quita argumentos para su estrategia: el desmontaje y destrucción de cualquier sistema de protección social.

De todas formas, lo que de verdad me irrita no son los argumentos. Al fin y al cabo, los espero de esta gente. Lo que sí me molesta más es la gran repercusión que obtienen y los sentimientos de odio y rechazo que alientan entre grandes capas de la sociedad.  Y que los políticos que exhiben este argumentario de una manera tan irresponsable, presuman además de ser los valientes que por fín dicen las cosas que nadie se atreve a cuestionar.

Pues bien, yo, que soy de naturaleza confiada, estoy dispuesto a admitir que este alcalde tiene razón. Seguro que tiene estudios que demuestran y apoyan sus argumentos. Datos incontestables que demuestran el alto grado de fraude en la percepción de las ayudas por parte de argelinos y marroquís. A cambio de mi confianza, le pido a este alcalde (dudo que lea ésto, así que lo daré por hecho) que confíe también en mí.

Porque yo también he hecho algún estudio. Es sobre los alcaldes. Tras recopilar numerosos informes y datos y pedir a algunos catedráticos de la prestigiosa Universidad de Old River of Down que los analizasen, he llegado a unas cuantas conclusiones, que pueden resumirse en la siguiente tesis:

Los alcaldes viven de los impuestos que pagamos entre todos. Son un verdadero problema para esta sociedad. Ineptos en su gobierno y con el único interés de su beneficio propio se están aprovechando de todos nosotros, viviendo sin apenas esfuerzo y dilapidando ineficazmente montones de dinero público. Por su causa, todos estamos teniendo que pagar las consecuencias y tenemos una calidad de vida muy inferior a la que podríamos.

¿Que os parecen injustas estas conclusiones? No sé por qué. Están basadas en  fuentes parecidas a las que utiliza el alcalde de Vitoria.

Como os digo, me alegro que Wang esté de vacaciones: porque ahora estaría proponiendo la expulsión inmediata del país de cualquier político que haya sido alcalde estos últimos años. ¿A dónde, podéis preguntar? Conociendo a Wang seguro que propondría expulsarlos a Marruecos o Argelia.

Porque otra cosa no, pero Wang es de un ocurrente...

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