lunes, 11 de junio de 2018

Lo innombrable

Wang me sugiere que deberíamos referirnos al Sistema de Servicios Sociales como "Lo innombrable", en coherencia con la situación de indefinición e invisibilidad a la que hemos llegado. Y como yo siempre hago caso a mi amigo así me voy a referir al mismo, por lo menos en esta entrada.


Según el diccionario, Innombrable es aquello "que no se puede o no se debe nombrar, por evocar algo negativo, por no ser conveniente"...

Algo de ello nos ha debido pasar, pues en los últimos años hemos asistido a la erradicación sistemática de dicha denominación.

La guinda al pastel que se ha ido cocinando desde hace ya varios años, ha sido la nueva denominación del Ministerio que se supone que debe gestionar el innombrable. Algunos diréis que le estamos dando demasiada importancia a lo que no son sino nombres. Que lo importante son las políticas concretas que se desarrollen...

Admito esa crítica, pero no estoy de acuerdo. Las formas también son importantes, incluso para mí determinan el contenido. Y la correcta visibilización, identificación y denominación del innombrable es un requisito imprescindible para su desarrollo.

Pero además, esto del Ministerio tiene un doble delito, pues hace muy poco, y a propuesta del Consejo General de Trabajo Social (en lo que fue un intento de consensuar algunos aspectos y compromisos de cara a las elecciones generales), los partidos políticos acordaron defender la "correcta denominación para los organismos públicos encargados de desarrollar" el innombrable.

En mi pueblo esto se llama una traición en toda regla e indica lo que a este Gobierno le preocupamos y deja a las claras que que no tienen intención alguna de desarrollar nada. No es pues un error. Es una hoja de ruta.

Y es que en el documento al que me estoy refiriendo se señalaba que "en todo este tiempo hemos visto cómo se ha desdibujado cada vez más la denominación de servicios sociales. Una prueba de ello es como algunas consejerías y concejalías han dejado de usar esta denominación. Es importante llamar a las cosas por su nombre: servicios sociales."  (Dejo para otro rato algunos aspectos de este documento, que contiene planteamientos importantes al mismo tiempo que  conceptos y referencias que cada vez me gustan menos).

En este mismo blog, hace ya más de cinco años, alertaba de cómo estaba desapareciendo nuestra terminología, y ponía como ejemplo la desaparición de nuestro "innombrable" de los enlaces en la página web del Gobierno de Aragón, asunto por cierto que tardó varios meses en modificarse.

No es casualidad por tanto que ahora también desaparezca nuestra denominación en el Ministerio. Responde a una estrategia calculada que pretende invisibilizar el innombrable para sustituirlo por prácticas asistenciales y prestacionistas, mucho más fáciles de poner y quitar y que, probablemente, dan más rédito electoral que la inversión en profesionales y estructuras.

Tal vez sea mejor así. El innombrable había terminado dedicándose a recoger los desechos de los demás sistemas, que así han podido desresponsabilizarse de ellos. Nos hemos convertido en algo negativo e inconveniente para la política social. Por eso no nos nombran.

* * *

8 comentarios:

  1. Hola, Pedro: como siempre interesantes reflexiones. ¡Qué razón llevas! Dos cuestiones que me evoca tu entrada: "lo que no se nombra no existe" y "flaco favor hacemos dedicándonos a lo que otros sistemas se niegan a hacer cuando tenemos tanto campo en el que jugar". Aunque soy principiante en la base estoy muy sorprendida de cómo hemos asumido el relato (que diría J.Santos), a pesar de esto, blogs como el tuyo ayudan a que no absorvamos sin filtrar. Felicidades.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Elena. Nuestra subsidiariedad crónica de otros sistemas es causa y consecuencia de la ausencia de relato propio. A ello dedicaré próximas entradas en este empeño mío en hacer visible lo invisible. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Lo innombrable..... cuanta razòn tienes. El sistema está repletito de deshechos. A mí ya no me vale eso de ir cambiándolo poco a poco y desde dentro. Agota mucho. Necesitamos un cambio ya. Dile a wang a ver si se le ocurre algo que hacer para que empiecen a escucharnos..... yo me quedo sin ideas. Por último, Completamente de acuerdo con que el documento firmado tiene reminiscencia de otros discursos para mi obsoletos y que nos dejan en el mismo lugar aunque diferente, A pesar de esto, lo veo como un intento de cambio. Seguiremos dando voz aunque nuestro alcance sea pequeño. Gracias por estar al pie del cañón que tú tienes un pelin más de voz. Besos para Tí, para Wang y para Elena Salinas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón, yo tampoco creo en ese cambio sosegado y desde dentro. Hace falta un cambio de relato radical, sostenido en una política social distinta, mucho más valiente que la que se está proponiendo. Ojalá nuestras voces sirvan para, al menos, ofrecer un relato alternativo que nos permita reflexionar y cuestionar el relato dominante. En cuanto a Wang... bastante tiene con aguantarme. Un abrazo, compañera.

      Eliminar
  4. Bien dicho Pedro!! enhorabuena por tu reflexión que comparto totalmente. Cada vez se invisibiliza más a los Servicios Sociales y cada vez necesitamos más energía para hacerlo visible y con un "relato alternativo". Un abrazo y seguimos...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Veremos si somos capaces, porque el relato de ocuparnos de la pobreza y de los desechos de los demás sistemas sólo nos ha llevado al más profundo deterioro. Un abrazo.

      Eliminar
  5. Compañero lo has clavado.
    Vertedero de sistemas, ese fue nuestro "compromiso". Asumimos el enorme encargo de tratar de solucionar todas las dimensiones afectadas que componen la calidad de vida de las personas. Para tener sentido intentamos intentamos arreglarlo que se descolgaba de los grandes sistemas que sostienen el estado de bienestar.
    Incluso las leyes de Servicios Sociales publicados a partir del 2006 asumen este encargo enorme, sin especificar un objeto de Servicios Sociales específico, acotado. ¿Todo vale en nuestro campo?. Activamente funcionamos como un nivel. Sin embargo, nos reivindico como pilar del Estado del Bienestar, defiendo la evolución de un sistema eminentemente prestatacionista hacia un sistema que aproveche las prestaciones de nuestras carteras de Servicios Sociales para apuntalar el cambio y el desarrollo de las personas a las que atendemos, de las comunidades donde trabajamos. Ese cambio exige diagnósticos rigurosos, conocimiento del caso, ppropuesta de intervención a medio y largo plazo. Como profesión, estamos preparados para ello ¿Asumiremos el compromiso de manera general?.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias compañero En las próximas entradas que tengo previstas desarrollaré algunos de los temas que apuntas.(Si la actualidad no me lo impide... porque vaya racha!) Un abrazo de vuelta.

      Eliminar

Gracias por comentar.