martes, 12 de junio de 2012

Naranjas de la China

   
Este Blog no está pensado en principio para compartir cosas personales, sino profesionales. Aunque tampoco está pensado para no hacerlo y creo que a veces no está tan clara la división entre ambas. El caso es que hoy, siguiendo la recomendación de Wang, voy a compartir en esta entrada un poco de lo personal y un poco de lo profesional. 
     Y quiero hacerlo a la luz de dos asuntos con los que me he encontrado en estas fechas recientes y que tienen como elemento común un color: el naranja.

En lo personal, hace unos meses estaba comentando con él mis objetivos deportivos para este año y las marcas que quería hacer en los 10.000 metros y en la media maratón. Me gusta fijarme objetivos a conseguir e intentarlos en alguna carrera, pues ello me ayuda a ser constante en el entrenamiento. Así que este pasado de semana he corrido la 10 k de Zaragoza, rodeado de camisetas naranjas (las oficiales de la carrera) y con mi dorsal naranja (el color del tiempo que pensaba conseguir).

Sí, este amigo también es naranja.

Mientras intentaba conseguir la marca que me había propuesto pensaba en dos cosas: en mi siguiente objetivo, que es correr en la maratón de Zaragoza para el 30 de septiembre y en otra “carrera” que siento que acaba de iniciarse y que tiene que ver con lo profesional.

Me refiero al movimiento que ha surgido en la profesión sobre la marea naranja, (con otras camisetas naranjas como mensaje y símbolo) en contra de los últimos recortes del Estado de Bienestar. Llevo tiempo pensando que nuestro fragmentado sistema y nuestra dividida profesión estaba teniendo demasiadas dificultades para organizar una respuesta unificada y denunciar los retrocesos que con la excusa de la crisis están sufriendo los derechos sociales. Por eso me he alegrado sobremanera que haya surgido esta iniciativa, a la que me sumo desde ahora. A ver de que somos capaces.

Tal vez en otra entrada comparta en este Blog las similitudes que encuentro entre las carreras de fondo y las metas que nos proponemos en el terreno profesional o personal. Es una metáfora que me ayuda. A la luz de esta metáfora me he planteado la confluencia entre lo personal y lo profesional que ha supuesto la coincidencia entre ambos sucesos y, con el naranja presidiéndolo todo, me ha motivado para dar publicidad a este blog. Tras un periodo de pruebas, en el que he ido compartiéndolo con algunos amigos y colegas, creo que ha llegado la hora de hacerlo público.

     Wang, que entre otras cosas fue atleta en su juventud, me dice que está comprobado que cuando escribes tus objetivos y los compartes con gente es más fácil que los consigas. Y como yo casi siempre le hago caso, a través de este Blog comparto con quien lea estas líneas mis siguientes objetivos o compromisos:

-         seguir en la maratón de ayudar a construir un Sistema Público de Servicios Sociales, donde la dignidad, el respeto y los derechos sociales queden garantizados para todos. Vencer el cansancio, el desánimo que a veces nos invade y pensar siempre que el camino es tan importante como la meta.

-         correr la maratón de Zaragoza para el 30 de septiembre e intentar acabarla. Naturalmente, con la camiseta naranja anti-recortes puesta.

-         publicar de vez en cuando en este blog mis reflexiones y mis experiencias en ambas “carreras”. 

Wang, que además de atleta también fue filósofo, dice que de los retos lo verdaderamente importante es intentarlos. Así que, a ello me pongo.

Mientras tanto, la expresión que titula esta entrada significa más o menos "expresar una negación con rotundidad, manifestando contrariedad ante la propuesta" . Pues eso.
   

1 comentario:

  1. ¿Y Wang no dice nada de la magnitud de los objetivos?

    También es cierto que cuanto mayor es el objetivo, mayor el esfuerzo, y por ende, mayor la satisfacción...

    Hay un reto, que lo dejas intuir, que se me antoja más complicado todavía: conseguir que como profesionales sepamos estar un poquito más unidos, consiguiendo objetivos comunes: tú eres de los SSB, tú de Cáritas, tú de la Cruz Roja, tú el matao de la ONG esa... dios mío si nos cuesta confiar los unos en los otros.

    No digo yo que seamos como los jueces, que para ellos el corporativismo es más sagrado que el propio acto de respirar, pero digo yo que un poco más de confianza, respeto y cohesión no nos haría ningún mal...

    En fin, complicados son, pero como diría un chino cualquiera "el canto rodado, de tortas se hace", o algo así. (No sé si aguantaría yo toda la maratón, pero estaremos para aplaudirte cuando llegues...)

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